Cruzamos a Namibia en 16 horas de autobús, de Ciudad del Cabo a Windhoek. Estábamos un poco pendientes de los trámites en la frontera, ya que a mi me faltaba el pasaporte original y por lo tanto el sello de entrada al país. Y efectivamente cuando me tocó pasar por el policía apartó mi pasaporte provisional y la denuncia y me hizo esperar a que pasara el resto de pasajeros. Al final resultó ser sólo la típica pereza de tramitar algo diferente de lo habitual: fotocopias de todo y 4 preguntas simples. Después decidieron que las mujeres (y sólo las mujeres) teníamos que pasar por inspección, así que revisión de equipaje de mano y cacheo. Siempre llama la atención esta selección aleatoria del tipo de revisiones o la gente seleccionada, pero supongo que así funcionan las cosas.
En el lado de Namibia el control lo hicieron sobre el equipaje que había dentro del autobús. Sacaron todo y pasaron perros entre las maletas, dejando fuera las sospechosas y volviendo a meter el resto. Después, aquellas que habían quedado fuera eran identificadas por los dueños y pasaban el control de los agentes. Desde luego, fue el control fronterizo más exhaustivo de todos los que habíamos pasado hasta entonces. Por suerte, no tuvimos ningún contratiempo y lo pasamos sin problemas, por lo que a la mañana del día siguiente ya estábamos llegando a Windhoek.
Nos habían hablado tan bien de Namibia que teníamos grandes expectativas. El transporte parecía muy escaso y aunque el alquiler de coche resultaba algo más caro que en Sudáfrica, consideramos que era la mejor opción. Esto nos permitiría dibujar un roadtrip por casi todo el país, parándonos donde quisiéramos. Además, como la diferencia entre acampar e ir de hostales era brutal, decidimos invertir en todo el kit de camping: tienda, esterillas y sacos de dormir. Ya sólo nos faltaba reservar el alojamiento en los parques nacionales, que leímos que solía estar muy solicitado y había que reservarlo desde la oficina central del Namibia Wild Resorts (NWR) en Windhoek. Los días de Windhoek los pasamos organizando el recorrido por el país y descansando al sol en la piscina del hostal.
Waterberg Plateau
Aunque inicialmente habíamos planeado la ruta en sentido horario, la falta de disponibilidad en el camping de Sesriem (en el desierto de Namib) nos hizo darle la vuelta por completo al plan y empezamos por Waterberg Plateau. El lugar nos gustó mucho: una enorme planicie en la cima de una montaña de rocas rojizas cubiertas de musgo y líquenes de colores. Sin embargo, no nos organizamos de la mejor manera posible. Habíamos reservados 2 noches allí y llegamos para la hora de comer, por lo que teníamos mucho tiempo en el parque y no tantas cosas que hacer. Además, el calor aplastante limitaba mucho las horas en las que se podía hacer alguna actividad, por lo que gran parte de la estancia la pasamos en la piscina que estuvo bien en plan relax, pero todavía no estábamos tan cansados y queríamos ver que tenía Namibia para ofrecernos.
De todas maneras, pasamos un par de días agradables, montamos y dormimos por primera vez en nuestra nueva tienda de campaña y conocimos de primera mano como se las gastan los babuinos. Estos monos del tamaño de un niño hacen lo que sea por comida y vimos como uno llegó corriendo desde lejos y saltó dentro de la furgoneta abierta de unas francesas, se llevó consigo una bolsa de la compra llena de pan y huyó con su premio. Ésta sería la primera de muchas veces que estaríamos rodeados de mono hambrientos.
Información práctica
Transporte
- Autobús Ciudad del Cabo – Windhoek: 760ZAR (Empresa Intercape)
- Alquiler de coche: N$407/día (Avís)
- Estado de las carreteras:
- La B1 está asfaltada y bien.
- En cuanto sales de ésta, la carretera se vuelve de tierra, pero no es de las peores.
Alojamiento
- Windhoek: Chameleon Backpackers (N$170 dormitorio compartido con desayuno)
- Waterberg Plateau: Waterberg Plateau Campsite (N$176/pers una parcela para acampar)
Actividades
- Entrada diaria a Waterberg Plateau: N$80/pers + N$10/coche
Recomendaciones y sugerencias
- Recomendamos hacer únicamente un día en Waterberg a menos que se vayan a hacer los trekking guiados de varios días, ya que los senderos que hay no necesitan mucho tiempo y tampoco ofrecen nada especial.
- La vista desde el “Mountain View” nos gustó mucho.
- No dejéis comida a la vista, los babuinos son particularmente agresivos en este lugar.
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