Buenos Aires (días 303-308)

El viaje en tren de Mendoza a Buenos Aires no fue tan tranquilo como tendría que haber sido. A las 4 horas de haber arrancado, nos avisaron de que en Rosario, sobre medianoche, tendríamos que cambiar del tren al autobús debido a que había piquetes en la vía. Por lo que nos comentaron otros pasajeros debe ser algo bastante habitual, y es que la fuerza del transporte terrestre en Argentina es tal, que se están creando grandes problemas ahora que el gobierno quiere fomentar el uso de otros medios como el tren.

De todas maneras, llegamos bien de madrugada a Buenos Aires, y tras esperar un rato desayunando a que amaneciera, nos dirigimos a completar nuestra tarea más urgente: empezar los trámites de renovación del pasaporte de Nico. Con los requisitos que nos habían puesto en Perú, la posibilidad de que tardara un mes en tramitarse y demás problemas que suele acarrear todos estos asuntos burocráticos; fuimos allí decididos a conseguir la tramitación más urgente posible y dispuestos a presionar lo que hiciera falta (incluso con alguna mentirigilla sobre la prisa que teníamos). Sin embargo, todo fue facilísimo y no hizo falta demasiada presión. La chica con la que Nico trató se portó de maravilla y nos ofreció la opción de hacer un pasaporte provisional: es válido para un año (nos dijeron que haciendo uno definitivo también se caducaría en un año, porque el lo máximo que puede tramitar un no residente en el extranjero), tiene exactamente el mismo valor que el definitivo, el mismo precio (250ARS$, lo que equivaldría a unos 18€ en cambio blue, 25€ en cambio real), y lo tramitan al momento después de recibir el ok desde España. De esta manera, entregando el pasaporte que queríamos renovar, una foto de carné, una copia del billete de salida de Brasil y los formularios que ellos facilitan, en una mañana pudimos solucionarlo y salir con el nuevo en la mano.

 

Con la alegría que da resolver temas así sin problemas, nos dirigimos a casa del couchsurfer que nos acogería en la ciudad: Julián. La experiencia con él fue magnífica, ya que además de su hospitalidad en casa, hizo muchos planes con nosotros y Julia, una couchsurfer holandesa a la que también acogía. Fuimos a cenar con Valeria, una amiga suya, a un lugar donde se comía de maravilla, en grandes cantidades y barato: tortilla de papas, buñuelos de espinacas, bife de chorizo, raviolis di Freddo y de postre, “perroque” (dulce de leche, helado, merengue, nueces y chocolate). El día de la final de la Copa América compartimos con otros amigos un asado previo al partido donde Argentina se enfrentaba a su gran rival, Chile. Lamentablemente, la victoria se fue al país vecino y nosotros nos quedamos sin poder vivir en primera persona una celebración por todo lo alto en la capital. Otra noche organizó una “picada” (un picoteo de quesos y embutidos, entre otros) con más amigos nuevos, Darío y Vicky. También fuimos a ver un concierto de percusión improvisado llamados “La Bomba del Tiempo” que fue muy divertido. Y, el último día, cenamos unas costillas de cerdo con salsa barbacoa que estaban exquisitos con Valeria, Vicky, Darío y una pareja más. No tenemos palabras para agradecer suficientemente su generosidad… ¡Muchísimas gracias Julián! ¡Te deseamos todo lo mejor y esperamos volver a verte en Buenos Aires, Australia o cualquier otro lugar del mundo!

 

Respecto a Buenos Aires, podemos decir que es una ciudad muy activa, con muchos lugares turísticos para visitar, mucha oferta cultural y de mucho ambiente. Vamos, ¡que nos encantó! Caminamos como hacía tiempo que no caminábamos en una ciudad y nos recordó los días de turismo en las ciudades estadounidenses que tan atrás han quedado ya. Visitamos el impresionante edificio del congreso y la Casa Rosada; sacamos fotos de la zona de Tribunales, el obelisco, las diferentes iglesias y el llamativo cementerio de la Recoleta; paseamos por calles llenas edificios blancos con pequeñas cúpulas en sus techos que nos recordaron a Madrid o París; recorrimos El Caminito del barrio de Boca y vimos uno de los estadios más míticos del fútbol mundial, la Bombonera (aunque sólo por fuera); y vimos muchos otros lugares de la ciudad.

 

Además, la capital tiene una zona de enormes parques que se encuentran próximos unos a otros. Lagos artificiales, un rosedal (al cual no pudimos acceder porque estaba cerrado por día de elecciones), una gigante flor metálica que se abre al amanecer y se cierra al atardecer, un zoo, el planetario y mucho espacio verde para descansar, hacer ejercicio, montar un picnic o lo que se quiera. Aunque cuando nosotros fuimos por allí era un día soleado, el fresco del invierno se hacía notar, por lo que no eran muchos los argentinos que se animaron al parque, pero estamos seguros que será un lugar concurrido los fin de semana veraniegos.

 

Un lugar que nos encantó fue el Grand Splendid Ateneu, un teatro reconvertido en librería. Además de tener lugares de lectura y una cafetería donde poder sentarte a leer cualquiera de l’oliver s muchos libros que venden, el encanto reside en haber mantenido la estructura de teatro, con su escenario y los palcos resplandecientes. También nos llamó la atención el edificio donde se encuentra el Casal de Catalunya, donde entramos a curiosear un poco. Nos encontramos con bastante movimiento de gente, la mayoría gente mayor, trajeada y bastante arreglada, y es que coincidimos con la visita de Oriol Junqueras, que iba a dar una charla. Uno de ellos se acercó a nosotros muy amablemente para interesarse de lo que hacíamos allí, y además de enseñarnos la biblioteca, nos explicó el funcionamiento y uso que tenía el casal. Los dos salimos un poco entristecidos del lugar, ya que aquel hombre nos transmitió la pena que sentía al ver como aquel lugar, en el que años atrás mucha gente había puesto ilusión y esfuerzo para sacar adelante, poco a poco iba disminuyendo su actividad por falta de una nueva generación de jóvenes que quiera coger el revelo.

 

Y por supuesto, en cuanto a oferta cultural se refiere, no podemos olvidarnos del tango. A nosotros nos interesaba ver milongas callejeras, más que los que se organizan en bares y/o restaurantes, o los espectáculos en los que únicamente baila una pareja; pero encontrar información sobre ellas no fue sencillo. Nos hablaron de dos plazas, Barracas de Belgrano y la plaza Dorrego, pero nadie supo concretar horarios. Al ser invierno, unos nos dijeron que se hacían al mediodía, por el frío, y otros que se mantenían a la tarde, pero que tal vez antes de que cayera el sol. Por eso, fuimos a Barrancas de Belgrano a probar suerte, y la tuvimos, aunque llegamos un poco tarde. En un quiosco iluminado con luces y donde sonaban tangos uno tras otro, un profesor enseñaba a bailar a 3 parejas. Nos quedamos viéndoles desde la lejanía un buen rato, fijándonos bien por si podíamos aprender algo hasta que nos acercamos para informarnos. La clase, abierto a todo el mundo, había empezado a las 5 y duraría hasta las 7, momento en el que cualquiera que ya supiera bailar podía entrar en la “pista”. Perdimos la ocasión de aprender unas nociones básicas de tango, pero pudimos ver la milonga de las 7, donde gente de todo tipo y edades bailaron tango sin parar, en estilos totalmente diferentes, con la misma pareja o diferentes, pero todos con la clásica pasión que caracteriza este baile.

 

A pesar de hacer muchas cosas, nos quedaron pendientes muchas otras: aprender tango, como ya hemos mencionado; ir a un partido del Boca o del River, aunque conseguir entrada está entre difícil e imposible; asistir a una concentración de las Madres de la Plaza de Mayo, que se realizan los jueves a las 15.30 y nosotros nos enteramos tarde; y pasarnos por la euskal etxea Laurak Bat, que a pesar de haber pasado por otras que encontramos cerradas, no pudimos pasar por ésta, al parecer la más activa. Por estas cosas y algunas más, ¡volveremos a visitarte Buenos Aires!

 

Datos de interés

Actividades

• Visitas guiadas en el cementerio de la Recoleta
  • En castellano: martes y viernes, 11h y 15h
  • En inglés: martes y jueves, 11h
• Milongas de Tango en Barrancas de Belgrano, sábados y domingos
  • De 5 a 7: clases (no sabemos precio)
  • De 7 en adelante: baile
• Visitas gratuitas en la Casa Rosada sábados, domingos y festivos
• Bomba del Tiempo: 50 $ARS con descuento, sino 90 $ARS

Recomendaciones

• Comer en el Club Gimnasio Chacabuco. Espectacular tortilla de patatas y raviolis. Unos 150 $ARS por persona
• Si se tiene la suerte de disponer amigos argentinos socios del Club la Nación, ir entre semana al BarBQ a degustar las exquisitas costillas de cerdo. Con un descuento del 40%, unos 150 $ARS por persona
• Si se desea cruzar en barco a Uruguay y se conocen las fechas, reservar con antelación en Seacat o Colonia Express para mejores precios.