La Plata y Rosario (días 309-314)

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En el trayecto de Cordoba a Buenos Aires, nos dejamos en el camino la ciudad de Rosario por la urgencia de empezar a tramitar el pasaporte de Nico. Por ello, antes de cruzar a Uruguay queríamos pasar por aquí y hacer una breve visita a unas amigas viajeras.

 

La Plata

Nos sé si os acordaréis de las 3 chicas argentinas que conocimos en Semuc Champey, Guatemala, junto con Malcolm y Lotte. Pasamos con ellas unos pocos días en Antigua Guatemala y San Pedro la Laguna y aunque no fueron muchos, el vínculo que se creó fue bastante fuerte, por lo que no podíamos irnos de Argentina sin quedar con ellas. La pena fue que ninguna vive en el propio Buenos Aires, sino que Mariana y Laura viven en La Plata y Sabrina en Morón, ambas ciudades en los alrededores de la capital, por lo que decidimos ir a La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires y no pudimos volver a ver a Sabrina. Pero no te preocupes Sabri, ¡volveremos para hacer un reencuentro contigo también!

Para ir a La Plata desde Buenos Aires cogimos el tren (también hay autobuses) y llegamos en 2 horas (iba muy lento). Contactamos con Laura y la esperamos tomando una cervecita tranquilamente. El reencuentro fue muy divertido, ya que para ella era rarísimo que nosotros siguiéramos con la mochila, mientras que ella la había dejado hacía ya 7 meses; y para nosotros era la primera vez que nos reencontrábamos con alguien que habíamos conocido de viaje en su ciudad. El reencuentro con Mariana fue en su casa, donde nos íbamos a quedar a dormir, y las sensaciones fueron muy parecidas. ¡Qué alegría volver a verlas!

Reencuentro
La locura del reencuentro

 

Estuvimos día y medio con ellas y nos mostraron los sitios más importantes de la ciudad, que se caracteriza principalmente por su diseño perfecto de manzanas cuadradas, plazas en lugares idénticos y calles en diagonal. Visitamos el Paseo de Dardo Rocha, que en su día fue la estación central de trenes; la catedral, que llamaba la atención por su belleza; la municipalidad, un edificio blanco impoluto donde colgaban banderas albicelestes preparadas para el día de la independencia que se celebraba al día siguiente. También fuimos a una fiesta que se celebraba en el centro cultural que lleva Mariana, donde pudimos escuchar diferentes ritmos de percusión, como la rumba o la música afro, con baile incluido.

 

Y como no, no faltó el pequeño paseo en el parque (se nos hizo un poco tarde) para tomar un “matecito” con facturas. Llaman facturas a lo que nosotros conocemos como pastelitos y la gran mayoría rebosan dulce de leche, obviamente. Hay que reconocer que estaban espectaculares y aunque a nosotros todavía el mate no nos termina de gustar (es demasiado amargo), la compañía y el sentirnos unos argentinos más, fue una gran experiencia. Finalizamos la noche cenando una picada con música afro-peruana en directo y acompañados también con el novio de Laura, Dani, al que fue un placer conocer. ¡Volveremos chicas! ¡Gracias por todo!

 

Rosario

Subir a Rosario desde La Plata tampoco era tarea fácil si se quería hacer de manera eficiente y rápida. Al final cogimos un bus que tardó 4 horas en llegar a Buenos Aires (parando en todos los pueblitos de la periferia de la capital) y 4 horas más a Rosario; no era la más rápida, pero sí la más cómoda para nosotros. La verdad es que no estábamos del todo convencidos del viaje a Rosario, ya que suponía alejarnos de río La Plata que ofrece una travesía fácil a Uruguay, pero finalmente decidimos darle una oportunidad a la ciudad en donde ondeó la bandera argentina por primera vez y años más tarde vio nacer a Messi.

Habíamos conseguido couchsurfing, pero como no tuvimos internet en el largo viaje, nos fue difícil contactar con Rodrigo al llegar para tener su dirección. Sin embargo, finalmente lo conseguimos y la estadía fue la mar de bien. Rodrigo, que vive con su amigo Lucho, su perro Franco y una inquieta gatita, Iris, nos abrió las puertas de su casa de par en par. Por diferentes motivos, no pudimos coincidir mucho tiempo con él, pero charlamos de viajes y de la música que hace y compartimos milanesas en una cena con sus amigos. ¡Nos llevamos muy buen recuerdo de vos, Rodrigo, y esperamos que puedas cumplir tu sueño de trabajar viajando! ?

Respecto a Rosario, la ciudad no nos pareció nada del otro mundo, pero nos encontramos con una actividad brutal en el parque del borde del delta (le llaman delta al paso del río Paraná, aunque realmente no es la desembocadura al mar). Vimos runners, skaters y rollers, un espacio cerrado para hacer piruetas con bicis pequeñas, un grupo que hacía percusión, artistas callejeros, un partido de futbol, ensayos de piruetas, gente tomando mate… ¡Mucha gente haciendo actividades de todo tipo! Aquello hizo que cambiáramos un poco la perspectiva de la ciudad, ya que entre sus calles no parecía que hubiera nadie en absoluto. Aparte de esta zona, visitamos el Monumento a la Bandera y el estadio de los Newell’s Old Boys, donde empezó a jugar Messi, pero como era día de partido no nos dejaron entrar.

 

Dimos un gran paseo por la ciudad para investigar las opciones que teníamos de irnos hacia Uruguay, pero al final la mejor nos pareció el volver a Buenos Aires y cruzar en ferry. Como no nos interesaba comprar con tarjeta por internet, debido al mal cambio de la moneda, madrugamos para llegar pronto al puerto y ver que podíamos hacer. La primera opción fue BuqueBus (o Seacat, que es la parte lowcost de BuqueBus), pero además de ofrecer billetes a un precio carísimo (146$ la ida y vuelta), sólo aceptaban tarjetas o moneda extranjera teóricamente por ordenanza legal, por lo que lo descartamos totalmente. Cogimos un taxi para llegar a tiempo al ferry matutino de ColoniaExpress, pero ya tenían cerrada la venta, por lo que compramos el de la tarde. Aquí nos confirmaron que el rechazo de BuqueBus a la moneda argentina no se debía a nada legal, sino a una decisión de la empresa, y no tuvimos ningún problema en pagar con pesos argentinos.

Tras esperar 6 horas en la terminal del ferry y cuando ya nos veíamos en Uruguay, a Nico lo retuvieron en migración hasta la salida del barco porque los agentes decían que no se parecía al chico del pasaporte “antiguo” (donde tenía el sello de entrada a Argentina), el que habíamos estado usando hasta entonces. Nico enseñó todos los carnets con foto que tenía y sin saber bien cómo demostrar que aquel de la foto era él, esperamos y esperamos hasta que decidieron dejarlo pasar porque el barco ya salía. Tanta historia para renovar el pasaporte, y resulta que nos ponen pegas en el último uso del antiguo. Menos mal que todo salió bien y en 1 hora y media llegamos a Colonia del Sacramento, Uruguay.

Fotos
Estas son las fotos de los 2 pasaportes de Nico, vosotros qué creeis ¿se parecen?

 

Datos de interés

Transporte
  • Tren Buenos Aires – La Plata: 2.5$ARS (2h)
  • Bus La Plata – Rosario: 231$ARS (8h) Empresa Tigre Iguazú
  • Bus Rosario – Buenos Aires: 250$ARS (4.5h)
  • Ferry Buenos Aires – Colonia
    • BuqueBus Seacat
      • Diferentes precios en la web, a partir de 312$ARS
      • Obligatorio pagar en moneda extranjera o tarjeta, no se puede en pesos argentinos
    • ColoniaExpress
      • Diferentes precios en la web, a partir de 89$ARS + impuestos
      • Se puede pagar en pesos argentinos
Actividades
  • Rosario
    • Monumento a la Bandera: 10$ARS (no merece demasiado la pena, las vistas no son muy especiales)
Recomendaciones
  • Disfrutar de la música en directo en La Plata. Es fácil encontrar lugares donde disfrutar de una cena amenizada por música. Especialmente recomendamos el Lucamba Club Cultural, gestionado por Mariana y unos amigos, centro cultural con muy buenos precios y buen rollo donde se potencia la música local
  • Disfrutar de la noche rosarina, lo mejor de la ciudad según dicen. Nosotros estábamos en otro plan y no lo hicimos, pero nos la han recomendado varios compañeros de viaje

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