En Santiago de Chile nos estaban esperando Mauri y Cristina, amigos de Barcelona que desde el año pasado viven y trabajan en la capital chilena. En los días que estuvimos con ellos hicieron que nos sintiéramos totalmente como en casa. Además, coincidió que Cris estaba bastante libre aquellos días y aprovechamos el fin de semana para pasar más tiempo juntos, ya que sino con el ajetreo de la semana iba a estar complicado. Nuestro paso por Santiago fue más social que turístico, porque la ciudad tampoco es que ofrezca demasiado para visitar, y por ese motivo fue una estancia muy agradable, donde nos lo pasamos muy bien, tuvimos interesantes charlas e imaginamos, que por unos días, vivíamos allí.
El primer día nos dimos un buen paseo con Cristina. Visitamos el mercado central, un poco del centro de la ciudad, el parque alrededor del río, zonas de bares chulos… Fue un paseo mañanero completo y aprovechamos para hacer una pequeña compra para el partido de la Copa América de esa noche donde se enfrentaban Chile y Bolivia. Y es que, todo Sudamérica, pero sobre todo Chile, estaba muy pendiente de la Copa y nosotros no podíamos ser menos. Incluso intentamos conseguir una entrada para algún partido (sobre todo Nico), pero la poca previsión que habíamos tenido en cuanto a las fechas en las que íbamos a estar en la capital y el gran negocio de la reventa que se estaba llevando a cabo, lo hizo imposible.
El sábado fue un día tranquilo de comida, paseo y charla. Nos llevaron a comer a la terraza de un sitio donde hacían bocatas peruanos exquisitos. La estrella era el de lomo saltado que estaba delicioso, pero también pedimos una hamburguesa que no estaba nada mal. Para bajar la comida, empezamos a caminar y caminar sin rumbo concreto, paseando por Sanhattan (teóricamente la el Manhattan de Santiago por las torres) y volvimos a merendar a casa, donde nos esperaba una tarta de queso casero. Para acabar el día, nada mejor que una cena con Maca y Cristobal, amigos chilenos de Mauri y Cris, en un restaurante donde había show musical con versiones de canciones de los ’90. La actuación empezó con Spice Girls y Backstreet Boys, y acabó con Cristobal bailando en el escenario y ganando una botella de “champaña” para la mesa. Vamos, ¡que nos lo pasamos genial!
El domingo,como manda la tradición, hicimos un asado en el “quincho” de su casa, que era básicamente la terraza, donde tienen un asador comunitario y espacio para hacer comidas. Vinieron varios amigos suyos, la mayoría españoles que trabajan o habían trabajado con ellos, Mauri puso literalmente la carne en el asador y otro día que pasamos de manera estupenda. De verdad que aunque en cuestión de “hacer” cosas, hicimos más bien poco, el sentirnos casi como si estuviéramos en Barcelona, cenando en restaurante con amigos, paseando sin prisa o pasando la tarde sentados en alegre conversación, no tuvo precio para nosotros. ¡Mil gracias por hacer que nos sentieramos como en casa, pareja!
Para regresar a Mendoza, Argentina, volvimos a coger el mismo bus que nos dejaría en el mismo lugar, pero el recorrido se nos hizo mucho más largo. Los trámites en la aduana fueron lentísimos y es que por mucha gente que hubiera pululando por allí, la mayoría no hacía nada en la mayor parte del tiempo. A nosotros nos abrieron las mochilas porque parecía que hubieran dos discos dentro. Cuando vieron que teníamos toda la ropa metida en unos sobres de plástico con cremallera nos preguntaron si aquella ropa era usada o nueva (como si la pasáramos de contrabando). ¡¿¡¿Usada!?!? Después de 10 meses con la misma ropa, ¡como para que no estuviera usada!
Valparaíso
Aprovechamos que Valparaíso está a sólo 2 horas de la capital para visitarlo en un viaje de ida y vuelta. Un francés que conocimos en Purmamarca nos recomendó el Free Walking Tour por la ciudad, con lo que fuimos directamente con la idea de hacer aquello. La ciudad como tal es bastante fea y el día, nublado y fresco, no acompañó demasiado; pero los dos cerros que se visitan, Alegre y Concepción, son preciosos, principalmente por los graffitis que lo decoran. Y es que el graffiti está permitido en esta ciudad que es Patrimonio de la Humanidad, donde se pueden encontrar murales muy bonitos de todos los tipos y tamaños, así como los graffitis cutres que vemos en cualquier ciudad.
El tour empezó a las 15h, con un gran grupo de gente, principalmente inglesa. Montamos en uno de los muchos ascensores (que realmente son funiculares) que tiene Valpo (como la conocen los chilenos), pasamos frente a hermosas casa de estilos muy diferentes y tuvimos una gran vista de la bahía. El tour de 3 horas con un pequeño descanso para probar unas empanadas, aunque se hizo un poco pesado por repetir todo lo que decía el guía primero en castellano y luego en inglés, nos fue muy útil para conocer la historia de la ciudad y ver los lugares más importantes muy fácilmente, por lo que lo recomendamos.
Datos de interés
Transporte
- Bus Santiago – Valparaíso (y vuelta): entre 2100 y 3200CLP$ por trayecto (2h). Empresa TurBus
- Furgoneta Santiago – Mendoza: 15000CLP$ (8h). Empresa Nevada Internacional
Actividades
- Valparaíso
- Free Walking Tour: todos los días a las 10h y las 15h desde la plaza Anibal Pinto (propina)
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