Chicago (días 25-27)

publicado en: Estados Unidos | 6

El tren de Chicago lo cogíamos a las 00.30, dormíamos en él y nos dejaba en la Chicago sobre las 10. Sin embargo, llegó media hora tarde y llegamos a destino con 5 horas de retraso; y la verdad que no nos sorprende ya que la organización es muy deficiente. Los billetes no están numerados, pero en vez de dejar que cada uno coja su asiento, hacen el reparto delante del tren. Es decir: llega el tren; abren únicamente una de las puerta y sale una chica; va preguntando por familias con niños, discapacitados, grupos de 4 o más personas, grupos de 3, parejas… en ese orden y ¡ella misma va escribiendo en unos papelitos los asientos que corresponden a cada uno, según los asientos libres que encuentra entre sus papeles! ¡En pleno siglo XXI! También da otro papel que hay que poner sobre el asiento donde se indica el destino, y de esta manera, en cada parada revisan que nadie se quede dormido. ¿Realmente es de sorprender que llegáramos tarde?

Por suerte, nos compensaron con $50 a cada uno para poder gastar en otro billete de tren, aunque para ello sudamos lo nuestro también, ya que sólo lo tramitan por teléfono y tuvimos que aguantar los típicos 20 minutos de espera con musiquita.
Vamos, que nos quejamos de Renfe, pero…

Una vez en Chicago nuestra prioridad era encontrar alojamiento. Lo habíamos intentado por couchsurfing y parecía que nadie podía acogernos, los hostales disponibles sólo tenía cama en las habitaciones para chicas y los hoteles más baratos estaban a $80 la noche, no apto para nuestros bolsillos. Teníamos una opción en AirBnb que no quisimos confirmar hasta el último momento por si alguien de couchsurfing se animaba, pero estábamos llegando al momento de: tenemos que asegurar algo. Hicimos tiempo en el McDonalds (teníamos tanta hambre que paramos en lo primero que encontramos, aunque hay que mencionar que en el tren nos ofrecieron algunos snacks por el retraso) mientras veíamos un montón de amish dando vueltas por la estación. Cuando llegó ese momento, hicimos la reserva por AirBnb y llegó el esperado mensaje de CS; demasiado tarde, cosas que pasan.
Nos acogieron Arica y su novio, una pareja muy maja con la que estuvimos conversando bastante tiempo a nuestra llegada, aunque no los volvimos a ver demasiado en los siguientes días. Ella era estudiante y él electricista y vivían con 2 perros. Él tocaba en un grupo de punk que cantaba en castellano latino y le gustaba el punk español (ningún grupo que conociéramos), lo que parecía un tanto surrealista, ¿no? Pero la verdad es que estuvimos muy agusto.

Los 2 días que estuvimos en Chicago tuvimos un tiempo espectacular, aunque la segunda tarde el tiempo cambió radicalmente en el último momento con nubes bajas y fuertes vientos. Paseamos en barco-taxi entre torres altísimas (como la Trump Tower o la Willis Tower, la más alta de la ciudad), dimos una vuelta por el muelle, hicimos amagos de compra en la Magnificent Mille (la calle de las tiendas caras), recorrimos el zoo de Chicago que es gratuito y cuenta con muchos animales (y muy raros como podéis ver), y encontramos el comienzo de la Ruta 66, aunque no nos echamos a la carretera.

 

También disfrutamos del Millenium Park, un parque que me encantó. Grande y con muchos espacios diferentes, tiene varios puntos de interés turístico: una gran fuente donde se hace un espectáculo de música y luz por las noches, esculturas de diferentes autores, un tipo de escenario para música diseñado por Fran Ghery y mi escultura favorita: “La Alubia”. Me gustó el brillo que tenía, su sencillez y al mismo tiempo originalidad y creo que ayudó mucho el sol que pegaba para que me pareciera una obra maestra, aunque Nico no quedó tan alucinado. De todas maneras, no pudimos disfrutar de todo el recinto, porque parte del parque estaba cerrado. Celebraban el encuentro gastronómico “Chicago Gourmet” con los mejores chefs de la ciudad. Fue una pena que no nos hubiéramos enterado antes (aunque los precios eran prohibitivos), porque seguro que hubiéramos disfrutado un montón.

 

Entre tanto paseo, recorrido y vueltas, también había que coger fuerzas. El plato típico que nos propusimos probar fue la gorda pizza estilo Chicago. Se trata de una pizza con dos pisos, es decir 2 masas. Entre la primera masa y la segunda, se coloca mucho queso, y encima de la segunda es donde se colocan los ingredientes como nosotros los conocemos, aunque el tomate va arriba del todo, en vez de abajo. Fuimos a un sitio recomendado en la Lonely Planet y la verdad es que fue todo un acierto. Aunque llena bastante, estaba buenísima y nos encantó la manera de presentarlo. Esperamos poder probarla otra vez, tal vez en otro sitio o tal vez cuando volvamos, jeje.

Pizza Chicago
La deliciosa pizza estilo Chicago que nos zampamos…

 

Para poder ver la ciudad desde las alturas, subimos a la segunda torre más alta de la ciudad, la torre John Hancock Center. El acceso al restaurante del último piso era gratuito, y aunque la idea era tomar algo para disfrutar de las vistas, había tanta gente dando vueltas y haciendo cola para sentarse, que le echamos morro, nos colamos hasta uno de los ventanales, sacamos las 4 fotos de rigor y volvimos a bajar.

John Hancock Center vista
Vista panorámica nocturna de la ciudad desde la torre John Hancock Center

 

Nuestra siguiente parada era ya la costa oeste, San Francisco. Nuestro avión salía muy pronto a la mañana siguiente y para no tener que madrugar ni pagar una noche que no íbamos a aprovechar, decidimos ir a dormir al aeropuerto, y la verdad es que fue todo un acierto. Tras la primera rueda de reconocimiento una vez habíamos cruzado el scanner de seguridad, descubrimos un rincón lleno de “camas” plegables con almohadas y mantitas. No sabemos si es un detalle que tienen siempre para-con los pasajeros o fue algo puntual (ya que unos días antes el aeropuerto tuvo que cerrar cancelando todos sus vuelos porque cogió fuego una torre de control), pero a nosotros nos vino de perlas. Pudimos dormir cómodamente y abrigados hasta las 4 de la mañana que el aeropuerto abría sus puertas oficialmente y mientras recogían todo el campamento, nos repartieron unas bolsitas con el kit de supervivencia necesario: cepillo y pasta de dientes, crema facial y para manos, desodorante en toallita… ¡Perfecto! Faltaban 2 horas para nuestro embarque y estábamos descansados y limpios.

Share

6 Respuestas

  1. La pizza me ha dejado hipnotizada. son dos pizzas superpuestas?
    Bueno mucha suerte, y llevaos un rebequita por si refresca en méxico. 😀

    • Comiendonos El Mundo

      Siiiiii, pero la primera base es sólo queso!! Y respecto a la rebequita… Creerás que no, pero el viento de DF es frío de c*****s…

  2. Muy interesante todo,las fotos muy chulas, y en cuanto a la comida veo que seguis sin perderos, jejejejeje… Ondo segui, zaindu asko eta muxu haundi bat bakoitzari!

    • Comiendonos El Mundo

      La pizza típica había que probarla no crees? 😉 Y la verdad que estaba riquísima!! Patxo haundi bat!

  3. Hay que ver lo bien que os “apañáis” eh! Me alegro de que todo os esté saliendo bien. Chicago, precioso!!! Veo que en todas partes hay problemas de organización en los transportes públicos, y creíamos que solo pasaba aquí, je, je. Siempre se tiene mejor imagen del exterior que lo que realmente es “en todas partes cuecen habas”….Ondo segi, y a por la siguiente etapa! Muxu handi bat bioi!

    • Comiendonos El Mundo

      Hola Mafalda! Efectivamente, siempre nos menospreciamos y al final no estamos tan mal! Aunque nos sigue doliendo reconocer que Renfe no sea de lo peor… De aquí a poco, el nuevo post! Muxu haundi bat!

Leave a Reply to Mafalda Cancelar respuesta