Washington (día 8)

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Bueno… Hemos vuelto a perder un poco el ritmo, pero ya estamos de vuelta. La verdad es que se nos está haciendo más difícil de lo esperado escribir a menudo, o bien porque estamos agotados o bien porque estamos rodeados de gente; que ambas son cosas positivas pero dificultan la tarea. De todas maneras, para todos aquellos que sólo nos seguís por el blog (por ejemplo, porque no utilicéis las redes sociales) que sepáis que también podéis ir viendo fotos que intentamos colgar diariamente en Instagram, sin necesidad de que tengáis una cuenta (www.instagram.com/comiendonosmundo). Y ahora sí, al tema…

Visitamos Washington uno de los días que dormiamos en Nueva York, el penúltimo exactamente. Nos despertamos a las 3.30h de la mañana para coger el bus de las 5am, que nos dejaría en la capital para las 9am. El bus de vuelta era a las 18h, con hora prevista de llegada a NY a las 23h, por lo que preveíamos estar en casa para medianoche como Cenicienta; vamos, un día agotador. La compañía con la que viajabamos era Megabus y los billetes nos costaron $5 la ida y $4 la vuelta a cada uno, ¡ULTRA BARATO! Y es que si se coge con antelación la verdad es que tiene unas ofertas muy baratas, por lo que conviene andar pronto.

Total que nos plantamos en Washington a las 10 de la mañana (una hora tarde por el tráfico) con 8 horas por delante para ver todo lo que pudiéramos de la ciudad. Como no teníamos mapa y en la estación no parecía haber oficina de información, robamos un mapa de estos buses turísticos donde subes y bajas cuando y donde quieras. Nos sirvió para ver que todo lo importante estaba más o menos cerca, y ale… ¡A ANDAR!

Empezamos por el capitolio (donde iban a celebrar una ceremonia en honor a los bomberos), caminamos por el National Mall (el gran jardín tipo Campos Elíseos que está rodeado de museos) y llegamos al monumento en memoria de Washington, el obelisco. Desde este punto ya se veía la Casa Blanca, que comparado con el resto de edificios que tiene alrededor se ve un tanto pequeña, pero perfectamente reconocible. Nos acercamos hasta allí, pero lo único que pudimos ver eran los barrotes, el jardín y las columnas de la casa a lo lejos.

Después de las fotos de rigor, seguimos nuestra trayectoria hacia el memorial de la Segunda Guerra Mundial (donde también estaban celebrando una ceremonia en honor a los del “Honor Flight” de Chicago) y el de los veteranos de Vietnam.

Homenaje Honor Flight chicago
Homenaje a los “Honor Flight” de Chicago

Y de memorial en memorial, y tiro por que me toca llegamos a uno de los más famosos, el de Abraham Lincoln. Aquí decidimos que lo más-más importante ya lo habíamos visto en esta contrarreloj de día que teníamos, así que planificamos lo que haríamos en las horas que nos quedaban: el cementerio militar de Arlington que sale en todas las películas y más memoriales (el de la guerra de Korea, el de Thomas Jefferson, Marthin Luther King, Franklin Roosevelt…). Además, en el cementerio, coincidimos con el cambio de guardia de la custodia de la tumba del Soldado Desconocido, que como muchos otros cambios de guardia lo hacen muy espectacular. Salió el capitán a anunciarlo, salió en soldado que iba a coger el relevo, le hicieron la revisión del arma… Todo un show vamos.

En ese momento, mirando el mapa nos dimos cuenta de que ¡el Pentágono está en Washington! No se si muchos de vosotros lo sabíais, pero nosotros no, y estuvimos barajando la opción de ir o no. Pero teniendo en cuenta que: 1. Teníamos unos cuantos kilómetros de distancia que hubiéramos tenido que hacerlas andando, 2. También queríamos ver las otras cosas y 3. Probablemente una vez allí no se viera prácticamente nada… lo descartamos. Además tuvimos la ocasión de ver algo de sus muros desde el cementerio así que con eso nos conformamos.

Pentagono
El Pentagono visto desde el cementerio de Arlington

Pero lo mejor del día vino sobre las 17h… Cuando con los pies doloridos por haber caminado mínimo 20 kilometros (calculado a ojo con Google Maps a posteriori) y acalorados por el bochorno que pegaba por el resol (hasta nos quemamos), nos sentamos a comer una bendita hamburguesa del Shake Shack. Estaba riquísima, con una carne muy sabrosa y unas patatas buenísimas. La verdad es que creo que son las peores hamburguesas las que se han hecho conocidas en todo el mundo (McDonalds), porque la carne de esta cadena de hamburguesas desde luego le da mil vueltas.

Hamburguesa Shake Shack
La buenísima hamburguesa del Shake Shack

Nuestra idea inicial era “picar algo” hacía las 11h, para poder hacer todo el turisteo del tirón y retrasar la comida hasta justo antes del bus de vuelta. Pero “la parte turística” de Washington no tiene ni un triste bar, restaurante o supermercado; es como si fuera una ciudad artificial, donde los monumentos y edificios se han ido poniendo ahí, pero no hay nada de vida real. Por lo que, nos habíamos quedado toda la mañana sin comer, pero aquel manjar lo arregló todo.

Y una vez con la tripa llena, nos volvimos para “casa”. Como valoración general (y sin tener en cuenta museos), creo que “la Washington turística” es una ciudad que hay que visitar por la importancia política que tiene, pero no tanto tal vez por la belleza o el interés que puedan generar sus monumentos (el 85% de ellos memoriales). Respecto al tema de los museos, nosotros sólo podemos decir que hay muchos, y que teniendo sólo un día como tuvimos era imposible pisar ninguno; pero en el caso de que se tenga más tiempo, creo que es algo a tener muy en cuenta.
Sin embargo, cuando entramos en la ciudad de Washington, vimos una ciudad totalmente diferente a la turística que íbamos a conocer. Vimos una ciudad con calles desiertas y mal cuidadas, basuras en la calle y con bastantes indigentes. Una visión que desde luego no esperábamos en absoluto.

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2 Respuestas

  1. Gracias por las noticias frescas!!! Un abrazo de I+A+A+A…

    • Comiendonos El Mundo

      Un placer 😉 un beso muy grande a I+A+A+A también de nuestra parte!

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