De Panamá a Colombia – Tapón del Darién (días 132-136)

publicado en: Panamá | 6

Uno de los desplazamientos que más dolor de cabeza nos ha dado ha sido cruzar de Panamá a Colombia, ya que el Parque Nacional de Darien imposibilita el transporte terrestre, lo que se conoce como el tapón de Darien. Después de meses de buscar y rebuscar, valorar presupuesto, decidir una cosa para dos días más tarde cambiar de opinión… Os exponemos aquí todas las posibilidades que encontramos y barajamos, y lo que al final hicimos y como fue nuestra experiencia. Esperamos que sirva de ayuda para otros viajeros (también los que vayan de Colombia a Panamá), aunque a pesar de que se tenga toda la información necesaria, la decisión final es muy personal según presupuesto, tiempo disponible, ganas de visitar más lugares…

Frontera Panamá Colombia

Directos

Avión

El avión es la opción más directa y rápida y aunque no será barato, si se mira con tiempo se pueden encontrar precios asequibles. Desde Ciudad de Panamá se pueden encontrar vuelos tanto en el aeropuerto principal como en el de Balboa, muy cerca de la ciudad, a:
– Bogotá o Medellín
– Puerto Obaldía, el último pueblo del caribe panameño. Desde allí se puede cruzar en lancha a Sapzurro o Capurganá, los primeros pueblos del caribe colombiano (más adelante se explica como llegar a las principales ciudades colombianas desde aquí).

 

Ferry

Esta es una nueva opción que salió en octubre del 2014, un ferry de la compañía Ferryxpress que va directo de Colón a Cartagena los lunes y miércoles, y de Cartagena a Colón los domingos y martes. El viaje dura 18 horas, la mayor parte se realiza de noche y hay diferentes precios según el número de personas en el camarote o si se quiere reservar un asiento (la opción más económica, $118). A este precio sin embargo hay que añadir el transporte de Panamá a Colón y el gasto en comida en el barco, ya que no permiten subir comida a bordo.

 

Cargos

Aunque nosotros no hemos conocido a nadie que lo haya hecho así, muchos blogs mencionan la opción de encontrar un barco carguero que vaya a realizar el trayecto de Colón a Colombia y que estén dispuestos a llevar a gente pagando, a cambio de trabajo o de manera gratuita. En general, comentan que es un viaje de duración indefinida, ya que el viaje puede durar de días a semanas, pero si no se tiene prisa, siempre se puede tantear el terreno.

 

Pasando por el archipiélago de San Blas

El archipiélago de San Blas, son unas islas paradisíacas que van desde la mitad de la costa caribeña de Panamá hasta la frontera de Colombia y pertenece a la comarca Guna Yala, un grupo indígena panameño. La mayoría de las mujeres visten con ropa tradicional y tienen su propio idioma, el Kuna, aunque las generaciones más jóvenes la mezclan continuamente con el castellano. Gozan de cierta autonomía e independencia respecto a Panamá, lo que les permite cobrar impuestos extra por entrar en la zona o controlar por completo la circulación de lanchas y veleros.

 

Tour en velero de Ciudad de Panamá a Cartagena

El tour dura 5 días, las 3 comidas y todas las noches en el velero están incluidos y el precio que nosotros hemos encontrado de este recorrido es de $550 (a lo que habría que sumar $20 de tasa por entrar en la comarca Kuna Yala, que no está incluido). Un 4×4 te lleva desde la ciudad hasta El Porvenir donde te montas en el velero. Se pasan 3 días navegando entre las islas y bañándose o haciendo snorkel en sus aguas cristalinas y 2 días de navegación hasta Cartagena. Por lo que hemos leído y lo que nos han contado, el punto flaco está en el tramo hasta Cartagena, ya que dependiendo del estado del mar y el tiempo, un viaje maravilloso puede transformarse en una pesadilla.

 

Tour en velero de Ciudad de Panamá a Capurganá

El tour dura 3 días y cuesta $375, más los $20 de tasa de entrada. Es prácticamente el mismo tipo de tour que el que va hasta Cartagena, pero después de los 3 días en las islas el recorrido se acaba en los primeros pueblos de Colombia (como ya hemos mencionado antes, explicaremos más adelante como seguir avanzando desde Capurganá).

* Mucha gente menciona que hay opciones de conseguir descuentos en ambos tours si uno se ofrece para trabajar o ayudar en el velero. Suponemos que es cuestión de suerte, conocer a alguien o simplemente estar en el momento apropiado en el lugar adecuado, y probablemente ayude viajar sólo, en vez de en grupo.

 

De Ciudad de Panamá a Cartagena por cuenta propia (lo que nosotros hicimos)

Al final, lo que nosotros decidimos hacer fue el mismo recorrido que los de tour, pero gestionando cada parte de manera independiente y por cuenta propia, llenos de paciencia para regatear todo lo habido y por haber. Después de muchos cálculos y basándonos en la información de otro blog, estimamos que el gasto final podría salir por $300 hasta Cartagena pasando 2 noches en San Blas, porque además contábamos con la baza de ser 4 personas para conseguir descuentos en el regateo. Al final salió un poco más, como podréis ver en la tabla al final del post, pero mereció la pena.

El día antes de salir contratamos un 4×4 que nos llevara hasta el puerto de Cartí, territorio Kuna donde salen las lanchas a las islas. Conseguimos el teléfono de Ricardo (00507-66927113), al parecer el hombre que mejor precio nos podía ofrecer, y quedamos con que nos recogería a las 5 de la mañana del día siguiente. El hombre, muy puntual, nos recogió y emprendimos nuestra ruta. Pasamos por la “frontera” de la comarca Guna donde tuvimos que pagar el impuesto de entrada a la zona y llegamos al puerto para descubrir el caos.

Como con los autobuses, todos los lancheros quieren llevarte a donde quieras, cada uno con un precio diferente y te marean para un lado y para el otro. Nuestro caso además, era aún peor, porque no sabíamos a que isla queríamos ir. Primero queríamos buscar el barco que nos llevaría a Colombia y dejar ese tema cerrado, ya que una vez estás en un isla desierta no hay mucha opción a maniobra. Creíamos que era en este puerto desde donde salían las lanchas a Puerto Obaldía y Capurganá, pero resultó que no era así, que teníamos que ir a una de las 3 islas llamada Cartí (Cartí Pueblo), y gestionarlo allí. Pagamos la tasa de puerto ($2/pers que podríamos haberlo evitado), peleamos con varios lancheros para conseguir un precio asequible y nos llevaron a los 4 por $15.

En ese momento, vimos algo que nos dejó petrificados a los 4: de la esquina de una lancha hondeaba al aire una pequeña bandera española con la esvástica pintada sobre ella. Creímos que sería de algún loco, por lo que no le hicimos ningún comentario al nuestro conductor. Una vez en Cartí, una isla ocupada por completo por pequeñas casas y basura, que distaba mucho del concepto de paraíso, tras hablar con unos y otros, nos enviaron a Casa Tomás, para hablar con el susodicho Tomás. ¿Y que llevaba nuestro amigo Tomás? ¡Una gorra con la bandera y la esvástica! Esta vez sí, la pregunta ya era obligada y la respuesta nos dejó atónitos: es la bandera de la revolución Guna. Nosotros le explicamos el significado y le preguntamos sobre los origines que podría tener esa combinación, y aunque entendía nuestra sorpresa, porque ya le habían explicado que aquello significaba otra cosa “allá de donde nosotros éramos”, no supo decirnos de donde provenía.

 

Una vez “hablado” aquello, nos fuimos directos al grano. Él tenía un hospedaje allí mismo donde solían dormir los capitanes de las lanchas que hacían el recorrido que nos interesaba. Para nuestra sorpresa, resulta que fuera de temporada alta, hay una lancha a la semana o incluso menos, por lo que tenía que averiguar si habría alguno para nosotros. Aquello era un problema que no habíamos previsto y que podía estropearnos mucho el plan y el presupuesto, porque supondría haber ido hasta allí para tener que encontrar otra manera de cruzar la frontera. Por suerte, parecía que había uno que estaba viniendo de Capurganá y llegaría ese mismo día, probablemente se quedaría un par de días y volvería a salir. Aunque no nos aseguraba nada (porque igual saldría en un día o en 2 o 3…), era nuestra opción más segura, así que lo dimos por bueno y quedamos con el hombre en que se pondría en contacto con nosotros para avisarnos del día y hora de la salida.

Después gestionamos las noches que pasaríamos en San Blas. Resultó que el hombre era, junto con su familia, dueño de una isla, Isla Iguana, y podíamos hospedarnos allí. Preguntamos un poco a los locales que tal era la isla (bonita, con mucha playa para nada, sitio para snorkel…) y como todos nos dieron buena referencia, tras regatear un poco nos fuimos para allá. Todo lo que estaba en nuestra manos estaba hecho, así que ahora tocaba descansar y relajarnos… ¡en esta espectacular isla!

Isla Iguana
Nuestra llegada a Isla Iguana

 

Cuando llegamos no nos lo podíamos creer. No había prácticamente nadie en la isla y aquello era el paraíso terrenal. Dejar las maletas, ponernos los biquinis y bañadores y sonó la caracola que llamaba a comer. Todos los hospedajes en San Blas incluyen las 3 comidas (no bebidas), pero al parecer hay mucha diferencia de calidad, variedad y cantidad de comida de uno a otro. Habíamos leído a gente que recomendaba llevar snacks porque la comida que servían eran insuficiente, y aunque nosotros les hicimos caso, fue totalmente innecesario. En la primera comida nos encontramos un pargo rojo entero junto con los clásicos acompañamientos (arroz, ensalada y patacones) y sandía de postre. En los siguientes días, más pescado, revuelto de mariscos y ¡media langosta! Estábamos que no nos lo podíamos creer.

 

Las horas pasaron en la tranquilidad más absoluta: nadar, tomar el sol, snorkel, leer, jugar a las cartas o Rummikab, sesión de fotos con cada esquina de la isla… ¡y menos mal que era pequeñita! También conocimos a una simpatiquísima familia colombiana que viajaban desde su ciudad hasta Alaska en moto (www.calialaskacarvajal.blogspot.com). Ellos nos dieron mucha información sobre nuestro siguiente destino y nosotros les contamos nuestra experiencia por Centroamérica. La única “pega” que podía tener el lugar era la falta de agua fresca (nos duchábamos con agua fresca mezclada con agua de mar) y la gran humedad que impedía que nada se secara; precio que estábamos más que dispuestos a pagar.

Amor isla Iguana
Gracias a Malcolm, tenemos esta espectacular foto ¡que nos encanta!

 

La segunda noche nos confirmaron que nuestro barco a Capurganá saldría al día siguiente. Todo estaba saliendo rodado y lo único que nos faltaba por hacer era intentar regatear el precio de la lancha. Al día siguiente, desayunar tranquilamente, preparar nuestras cosas y nos pusimos a jugar mientras esperábamos. A las 9 nos confirmaron que saldríamos en una hora, pero 50 minutos más tarde llegaron las malas noticias. Nuestra lancha no saldría ese día, saldría 100% seguro al día siguiente. Sabíamos que podía pasar, pero no nos lo esperábamos después la confirmación de la mañana. Tras la sorpresa, llegó el cabreo y la bronca correspondiente con los de allí y después el “¿qué hacemos?”. Si queríamos seguir con el plan teníamos que esperar al día siguiente y sino teníamos que deshacer el camino y volver a empezar; así que estaba claro que esperaríamos. Movernos de isla para sólo un día tampoco nos ayudaba en nada, así que resignación, biquini y otra vez al sol 😀

Al día siguiente, llegó la lancha, intentamos regatear pero no hubo éxito, y antes de que la otra parte se enfadara, pagamos los $110/pers y montamos en la lancha. En el trayecto íbamos a recorrer gran parte del archipiélago de San Blas: más islas paradisíacas de todos los tamaños y formas, y agua turquesa y transparente. Pero el trayecto también incluyó un mar ajetreado y una velocidad que hizo que botáramos cuales saltamontes durante 5 horas, por lo que llegamos a Puerto Obaldía con el culo y la espalda destrozadas.

 

Aquí es donde la frontera panameña sella el pasaporte para salir del país. La oficina cierra a las 16h, por lo que no queríamos llegar más tarde y quedarnos estancados aquí. Por suerte, “gracias” a lo rápido que fuimos, llegamos con tiempo de sobra. Hacer el trámite y localizamos otra lancha que nos llevaría a Capurganá, porque la lancha que nos trajo no iba hasta allí. Aunque esta ruta fue más tranquila en cuanto a saltos, llegamos bastante mojados, así que recomendamos hacer las mochilas “waterproof”. Una vez en el lado colombiano, antes de las 18h, misma gestión para tener el sello de entrada. Creíamos que pedirían billete de salida del país, pero todo fue muy sencillo y en 2 minutos ya estábamos oficialmente en Colombia.

Nos habían dicho que Capurganá, junto a Sapzurro (un pueblo de al lado donde no estuvimos), tenía una de las playas más bonitas de Colombia y que la zona merecía mucho la pena. La verdad que nosotros no le dedicamos demasiado tiempo y el cielo medio nublado tampoco ayudaba mucho, pero no nos pareció nada del otro mundo. Suponemos también que al tener las islas San Blas tan recientes y como las comparaciones son odiosas, era difícil que nos impresionara.

 

Siguiente destino: Cartagena. La mayoría de gente coge un barco a Turbo y después se mueven en autobús, que es lo que íbamos a hacer nosotros, pero no había ningún asiento libre. Los horarios de estos barcos son principalmente matinales, pero varían dependiendo de la temporada. La otra opción que nos ofrecieron fue ir a Necoclí, otro pueblo costero colombiano, donde nada más llegar cogimos el autobús a Montería. En nuestro caso, esperamos hasta medianoche para subir al bus de Cartagena y así dormir en él, pero dependiendo de la hora de llegada hay mucha frecuencia.

Y una vez en Cartagena, fin de la odisea.

Coste Viaje San Blas

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6 Respuestas

  1. francisca

    Hola! quisiera preguntarles si recuerdan la compañía de buses que tomaron en necocli y luego en monteria! y para estar en capurgana se vacunaron??
    Gracias!

    • Comiendonos El Mundo

      Hola Francisca!
      La verdad es que no. En aquel entonces todavía no apuntábamos estos detalles y ahora es una pena que no podamos compartirlos con vosotros. De todas maneras, te podemos decir que tomamos ambos autobuses directamente en la parada, sin reserva previa; y probablemente había más de una compañía que lo hiciera.
      Sentimos no poder ser de más ayuda.
      Saludos!

  2. Bego Arregi Onagoitia ( Umezaintza)

    Aupa Amaia eta konpani :Ikusten ari naiz zein ederto zabizien mundutik zehar ; horrelako gauzak egin behar dira ,gazte zarienean eta zuek bezela horrelako formazioakin, ze enbidia, baina ” sanoa” bideo bat ikusi det eta gogora etorri zait gaztetako bidai bat Megiko eta Guatemalara egin nuena , hizkuntzarekin ez nuen arazorik, Marco-Polokin joan nintzan eta 6ko talde bat osatu genuen eta bideoan ikusi dot txitxikastelango pila gogoratzen naiz toki horrekin .
    Pentzatuko duzu nork ezan didan hortik zabizela , zure ama izen da ,depilatzera joan nintzan eta egin bitartean,halabak zer moduz dabiz,galdera eta horrela kontatu zidan dena .
    Bueno bikote beste patxo haundi bat, eta jarraituko dut ikusten, zuek ondo segi ( tresna honekin ez naiz oso ondo erueten )ez da nere garaikoa, eta ez naiz engantxatu .

    • Comiendonos El Mundo

      Aupa Bego!!

      Pozten naz ba jarraitzen gaitxuzula jakitxiak ta zure gaztetako oroitzapenak gogora ekarri izena. Gu ederto gabiz alde batetik bestera, egunero zerbait berrixa ikusten eta ikasten. Hemen eukikozu gure bidaian berri, asi ke jarraitu irakurtzen ta komentetan, gu pozik!

      Patxo haundi bat zuri be!!

  3. ¡Jopelas! Me he quedado entre alucinando y maravillada después de leer y ver todas vuestras “hazañas”. Tenéis para más de un libro de “aventuras”. Además, eso de hacer “mucho con poco”, no hay Master en Economía que lo enseñe, con el “Anexo” además, de volveros expertos en presupuestos y regateos, je,je. Os veo estupendamente, y la postal……pues eso, de postal!!! No me importaría nada estar en esa paradisíaca isla una semanita “panza arriba” ¡Aupa bikote! Muxu haundi bat eta ondo segi.

    • Comiendonos El Mundo

      Pues ya sabes donde están estas maravillosas islas, un poco de ahorrito y a disfrutarlas panza arriba 😉 Patxo haundi bat!!

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