Lima: amigos, gastronomía y burocracia (días 240-246)

publicado en: Perú | 0

Durante las 22 horas que duró el autobús a Lima, Nico se tragó 6 películas, dormimos, nos dieron la cena y el desayuno que no estaban nada mal y yo intenté ponerme al día con los posts. Al llegar, Rafa nos estaba esperando, había llegado el esperado reencuentro y tras abrazos y besos nos pusimos rumbo a su casa, donde vive con Gina. Aunque al principio la idea era quedarnos 4 días, por motivos que explicaremos más adelante, nos quedamos 7 y durante todos esos días, Rafa y Gina se portaron de maravilla con nosotros. ¡Muchísimas gracias por todo!

La estancia en Lima fue especialmente social y gastronómica. Además de Rafa, en Lima hay más gente de Sant Celoni que Nico conocía por lo que quedamos con ellos para dar un paseo, charlar y estar un rato. Primero pasamos por el parque Kennedy, donde montones de gatos campan a sus anchas, literalmente, y son alimentados y cuidados por el ayuntamiento del barrio. Después, fuimos a ver la playa de Miraflores, uno de los barrios más selectos de Lima, y paseamos por el paseo marítimo viendo las olas chocar con fuerza. Gracias a ellos, supimos que en un barrio cercano, Surco, se realizaba la fiesta de “La Vendimia”, y sin saber muy bien lo que iba a ser nos apuntamos de cabeza.

 

La verdad es que fue todo un acierto. La fiesta en sí trataba de elegir a la “Reina de la Vendimia”, pero aunque conseguimos sacarnos una foto con ella, nosotros no le hicimos mucho caso a este tema. Lo importante eran los stand que rodeaban toda la plaza, ofreciendo platos y bebidas típicas de todas las regiones de Perú. Menos mal que teníamos a Gina, quien nos iba explicando en detalle en que consistía cada cosa y de donde era originario.

Reina Vendimia Lima
Que bien acompañados estamos con la guapísima Reina de la Vendimia 2015

 

Para empezar probamos los anticuchos, un palito estilo pincho moruno con una carne que parecía hígado. A primera vista tenían muy buena pinta, pero luego llegó la explicación: es corazón de vaca fileteada. Aunque a mí me echó un poco para atrás al principio, lo probamos y resultó estar muy bueno. Primer plato: aprobado.

Anticuchos
Ésta es la manera tradicional de cocinar los anticuchos y nos encanta como utilizan las hojas de maíz de pincel para el aceite

 

Aquello fue tan sólo un tentempié, así que fuimos en busca de la verdadera cena. Pasamos ante brasas donde cocinaban una gran variedad de carne, incluido el “cuy”, es decir, la cobaya o el conejillo de indias. Es muy curioso de ver, ya que se asa totalmente partido por la mitad pero entero, por lo que se puede ver su cabeza y sus pequeñas zarpas. Es un plato que ya lo comían en tiempos anteriores a los incas, por lo que está muy arraigado a la gastronomía peruana, pero nosotros decidimos que no era el día para probarlo. Nos dijeron que tenía mucho hueso y poca carne, y que sabía un poco a pollo, carne blanca, pero quedaría todavía en un misterio.

 

Finalmente, decidimos cenar un plato típico de la zona de Ica y otro con una variedad de manjares de la región amazónica. El primero era sopa seca con carapulcra y yuca, que estaba muy bueno, pero para nosotros se traduciría básicamente en espaguetis sin salsa y pequeñas patatas que parecían alubias rojas. El segundo, la variedad en mini-platos eran: arroz chaufa (un arroz del estilo chino 3 delicias que conocemos nosotros), juanes (una bola de arroz frita rellena de carne de gallina y huevo) y tacacho con cecina (una bola de masa de platano asado y cecina de cerdo, acompañado de más cecina y chorizo). Todos probamos un poco de todo y por suerte todo estaba buenísimo. Fue un lujazo probar tantas cosas en un mismo instante.

 

Para finalizar, hicimos una ronda de reconocimiento para encontrar el postre perfecto. La verdad es que había donde elegir, pero estábamos tan llenos que decidimos pasar a la siguiente fase: el pisco sour. Es la bebida típica de Perú por excelencia, preparada con pisco (un alcohol de uva), clara de huevo, jarabe de goma y jugo de fruta (originalmente limón). Aunque lo del huevo suene un poco raro, la verdad es que sólo se nota por la espuma y con el jugo de fruta adecuado, esta realmente bueno: el maracuyá es siempre una gran opción, mientras que el limón resulta un poco fuerte. De hecho, nos gustó tanto, que al día siguiente, Rafa se ofreció a preparar él mismo pisco sour para todos los de Sant Celoni y los acompañantes (y algún que otro infiltrado) durante el combate del siglo, Mayweather versus Paquiao, que lo vimos todos en familia.

 

De todas maneras no era la única bebida que había o probamos. De las no alcohólicas probamos la chicha morada y la chicha de jora, bebidas hechas con base de maíz morado y maíz fermentado, respectivamente. Aunque la primera nos gustó por su toque dulce, la segunda nos pareció más amarga. La otra bebida que vimos preparar también con pisco, fue el algarrobina. Al contrario que el pisco sour, en vez de claras lleva yemas de huevo, leche entera, algarrobina, azúcar, canela y pisco, pero no lo probamos. Y para acabar con la familia de cockteles de pisco, un día aparte de la feria probamos los chilcanos en un bar: pisco, ginger ale, jugo de fruta y amargo de angostura. Estaba muy bueno también, así que damos el aprobado a 2 de 3 de las bebidas de pisco.

 

Tras este gran evento gastronómico, seguimos probando cositas con Rafa y Gina, pero ya en modo restaurante en el barrio de Barranco, otro de los de alto nivel de Lima. Una de las noches, repetimos anticuchos, junto con mollejitas, rachi, choncholí e hígado, y por supuesto, acompañado de choclo (mazorca de maíz) y patatas. El hígado ya lo conocíamos, pero hay que reconocer que estaba muy bueno. De los otros tres, lo primero son mollejas de pollo; lo segundo, tripa de vaca; y lo tercero, intestino de vaca. Aunque no estaba malo, a mí no me terminaron de convencer, pero Nico disfrutó como el que más.

 

La segunda escapada de restaurante fue el más esperado, ¡por fin comeríamos ceviche! Pedimos uno de pescado y uno mixto, que incluía gambas, pulpo y calamares, y ambos estaban espectacularmente buenos. Además, a sugerencia de Gina, pedimos chicharrones de calamar (nuestros calamares) y causa de pulpa de cangrejo, un tipo de pastel de patata con un toque de limón, relleno de aguacate y pulpa de cangrejo. ¡Ambos estaban tremendos! ¡Cómo hemos disfrutado de la buena gastronomía!

 

Sin embargo, entre bocado y bocado, también visitamos un poco la ciudad de Lima. Además de Miraflores y Barranco, dimos una vuelta por el centro, que aunque no tiene grandes monumentos que visitar, tiene rincones bonitos. La Plaza de Armas es grande y colorida, rodeada por elegantes casas de grandes miradores, la catedral, el palacio del gobierno y el ayuntamiento. También paseamos por el pequeño barrio chino, una zona llena de actividades callejeras al borde del río y otras plazas céntricas. Y para acabar bien la jornada de turismo, pasamos por el McDonalds peruano, el Bembos, que hay que reconocer que estaba muy bueno.

Plaza Armas Lima
Panorámica de la Plaza de Armas de Lima, colonial y preciosa

 

Y para finalizar, un pequeño inciso sobre el motivo de nuestros días extra en Lima. A Nico se le caduca el pasaporte en diciembre y hay muchos países, entre ellos Brasil, que solicitan un mínimo de 6 meses de vigencia para entrar. Nuestro plan es volver a Brasil para julio, por lo que ya nos pondrían problemas. Para solucionarlo, intentó renovar el pasaporte en la embajada de Lima y aunque a priori todo parecía ir bien, resultó que al final se complicó todo. El primer día que fue, se registró como no residente en Perú y le dijeron que al día siguiente con sólo llevar una foto y el pasaporte antiguo se lo podrían solicitar (lo mismo que le habían dicho diez días antes cuando llamó para preguntar sobre el procedimiento a realizar). Pero al día siguiente, resulta que necesitaba la partida literal de nacimiento, algo que obviamente, no teníamos a mano. Intentamos obtenerlo por todos los medios posibles (el más directo es pedirlo por internet con el DNIe, pero resulta que en la embajada no tenían ningún lector electrónico) y tras escuchar frases como “para que después digáis que no os ayudamos” por ser catalán, nos dimos por vencidos. Hemos tramitado el papel por la vía normal, que tarda unos 15 días, pero el pasaporte lo gestionaremos en Buenos Aires, ya que sino tendríamos que quedarnos demasiado tiempo en Lima esperándolo. Lo más gracioso de todo, es que cada embajada funciona de manera diferente y al parecer el de Lima, es de los más complicados, ya que en otros no es necesario ni registrarse ni la partida de nacimiento. De todas maneras, cuando tengamos el asunto solucionado, os daremos más detalles de las gestiones que se deben hacer y los plazos aproximados.

Información práctica

Transporte
  • Autobús Cusco – Lima: S./79 (22 horas)
    • Fue una oferta de la compañía Cruz del Sur por cogerlo con bastante antelación. Incluye cena y desayuno, asientos tipo sofá con manta y cojín, pantalla individualizada con películas a la carta, internet, juegos… Precio original: S./185

Share

Dejar una opinión