Varanasi, la vida entorno al Ganges (días 34-37)

publicado en: India | 2

Varanasi es considerada la ciudad continuamente habitada más antigua del mundo. Además, posee el privilegio de ser una de las cinco ciudades sagradas del hinduismo y sus practicantes deben visitarla al menos una vez en la vida. Añadiría, en mi humilde opinión, que todo aquel que pueda permitírselo debe visitarla una vez en la vida. Puedes amarla, odiarla, encontrar tu camino o simplemente irte indiferente (complicado pero posible); pero aún experimentando indiferencia u odio, algunas cosas sorprenderán, ya que a orillas del Ganges se llevan a cabo rituales y tradiciones que distan mucho de las de nuestra cultura.

 

Toda la intensidad se concentra alrededor de los ghats y la ciudad vieja. Fuera de esta zona es una caótica ciudad india más. Pasear buscando un pequeño rincón en los ghats donde sentarse y observar la vida local es una buena manera de intentar entender sus costumbres, además de dejarnos instantáneas curiosas e inolvidables. Probablemente, buscando dicha calma debamos sortear toda clase de vendedores, tullidos, indigentes, animales, saddhus verdaderos y falsos (personas que teóricamente abandonaron la vida material para dedicarse a la espiritualidad), vendedores de drogas y un sinfín de personajes más, pero no nos arrepentiremos.

 

Las orillas del río Ganges en Varanasi son un hervidero de gente. Allí preparan la macro lavandería, donde seguramente las sábanas que usan la mayoría de alojamientos se secan al sol sobre las escaleras de los ghats. Mientras, los mayores se sumergen en el agua sagrada para purificar sus pecados, promover su fe y refrescarse; los saddhus realizan sus ceremonias; los niños, en cambio, chapotean en el Ganges jugando y riendo sin conocer aún la importancia del lugar. Y en algunas partes, aflora gran cantidad de ceniza.

 

Nuestra primera experiencia con los crematorios la vivimos en el Harishchandra Ghat, el más pequeño de los dos que existen a orillas del Ganges. La tranquilidad con la que se llevan a cabo las cremaciones te facilita el entendimiento del ritual de las mismas, además de poder presenciar las disputas entre familiares y trabajadores sobre la cantidad de sándalo (madera sagrada) utilizada. Y es que, el negocio con la muerte es algo universal. En este mismo ghat, aquellos que no pueden permitirse el costo del ritual, son incinerados en un crematorio eléctrico o parte de su madera está subvencionada por el gobierno. Mientras observábamos como el cuerpo ardía, las telas que lo recubrían se deshacían y dejaban entrever sus carnosos pies que iban ennegreciendo y convirtiéndose en ceniza, me preguntaba que pasaría con ese hombre. ¿De verdad alcanzaría el moksa (o nirvana) que te libera del ciclo de reencarnaciones al esparcirse sus cenizas en el Ganges? ¿Existen las reencarnaciones? ¿Ese hombre murió feliz pensando en su “salvación”? Absorto por esas dudas existenciales, de las cuáles recelo escepticismo, una escena macabra me devolvió a la realidad. El torso (ya sin brazos ni piernas) y la cabeza calcinadas eran removidas como si de carbón se tratase y nuestro objetivo fuera obtener la mejor brasa en una barbacoa. Para flipar…

Crematorio
Dedujimos que este edificio era el crematorio eléctrico, aunque también se puede ver la madera para las cremaciones de manera tradicional

 

Durante las noches se celebra en el ghat principal (Dasaswamedh Ghat) el Ganga Aarti, una ceremonia para adorar a Shiva, el Ganges y el rey Sol. Interesante pararse a verla y observar la locura de los fieles por rodear con sus manos el cáliz en forma de cobra con el que se ha llevado a cabo la ceremonia haciendo como que transmiten su energía a su cuerpo. Más vale rendir pleitesía a la reencarnación de Shiva, no vaya a cabrearse el Dios destructor.

 

Otro imperdible en Varanasi, es alquilar una barca para disfrutar del amanecer y de otra perspectiva de la vida a orillas del río. Además, nos permitirá obtener alguna instantánea de los crematorios algo más lejana sin herir la sensibilidad de familiares ni lucrar el negocio de ciertos buscavidas: teóricamente los turistas no pueden sacar fotos, aunque todo se puede arreglar previo pago, pero los indios se pasean con sus cámaras sin ningún problema. Para los más macabros, se dice que es posible encontrar en las aguas del río el cadáver de bebés, mujeres embarazadas, leprosos o personas fallecidas por mordedura de cobra que son lanzados al río sin necesidad de ser incinerados. Nosotros, por suerte, sólo dimos con muchas flores que flotaban junto con una pequeña vela, algo mucho más agradable sin duda.

 

La experiencia en Varanasi no es completa sin ir al Marnikarnika Ghat, donde se realizan unas doscientas incineraciones diarias. Sorprende ver la gran cantidad de gente presenciándolas, no sólo familiares y turistas, sino también locales. No obstante, si te concentras y observas las decenas de hogueras que se llevan a cabo simultáneamente, es posible evadirse del mundo y reflexionar sobre lo que está sucediendo hipnotizado por las llamas. Hay que visitarlo de noche, ya que la impresión es mayor. La primera vez que fuimos, tras abrasarnos y ahogarnos por el calor y el humo desprendidos respectivamente, subimos a un templo rojo donde tanto nuestro barquero como un hombre nos habían dicho que se encontraba el fuego sagrado, aquél que Shiva encendió hace más de 2500 años y nunca se ha apagado desde entonces. Sin saber lo que era, algo raro me pasó… No sé si fue la tranquilidad al son de un tambor con el que estaban oficiando una ceremonia en honor al fuego allí guardado o el opio que se respiraba dentro de ese diminuto templo, que tuve que declinar la oferta de entrar porque una extraña presión en el pecho no me lo permitía. No soy de creer en esto de las energías pero algo raro me pasó y espero que fuera el opio… Sin embargo, extrañamente, no era allí donde se encontraba el fuego eterno, sino que en el piso de abajo; entonces, ¿qué me pasó en el templo rojo?

 

Tras tres días, tocaba coger el tren de noche rumbo a Nepal y despedirse de esta peculiar ciudad. Y es que, Varanasi no es una ciudad cualquiera, es una ciudad que hay que vivirla y sacar sus propias conclusiones. Para algunos marcará un antes y un después en sus vidas y para otros, incluido yo, no llegaremos a tal punto, pero los recuerdos y las dudas permanecerán en nuestras memorias. ¿Qué habría en ese maldito templo rojo?

Varanasi
¡Hasta la próxima Varanasi!

 

Información práctica

Transporte
  • Auto-rickshaw estación de tren-Shiva Ghat: ₹20 por persona
  • Rickshaw Main Ghat – estación de tren, de noche: ₹60
  • Tren Varanasi – Gorakhpur: ₹185 (7h)
Alojamiento
  • Yogini Rest-house: ₹350 habitación con baño privado, agua caliente y wifi.
Actividades
  • 1h de paseo en barca por el Ganges al amanecer: ₹200
Recomendaciones y sugerencias
  • Pasear en barca por el Ganges es casi obligatorio. Nosotros recomendamos el paseo al amanecer, más bonito e interesante que el del atardecer.
  • A pesar de poder ser algo macabro, es toda una experiencia presenciar lo que sucede en los ghats crematorio.
  • Recomendamos el restaurante del Ganpati Guest House; comida rica y no picante a buen precio y con buenas vistas del Ganges y los ghats.

 

  • También probamos los lassis del Blue Lassi; una “bebida” tradicional del norte de India que se puede comer o beber hechos de leche de yogur fresca y azúcar, junto con frutas de temporada. Además en este sitio, se ve como lo elaboran así que es un gran sitio para probarlo.

Share

2 Respuestas

  1. Eduardo Mercado

    Muy buen relato

    • Comiendonos El Mundo

      Muchas gracias! Nos alegramos de que te haya gustado 🙂

Dejar una opinión