Y llegó el gran momento que estábamos esperando (sobretodo Nico): bucear con tiburones. Sudáfrica es uno de los lugares en donde abundan los tiburones blancos y existe la opción de sumergirse en el agua con ellos. Realmente, no se bucea, sino que entras en una jaula a donde atraen tiburones y los ves pasar muy cerca de ti bajo el agua. ¡Una experiencia inolvidable!
Nosotros lo hicimos en Gansbaai un pequeño pueblo conocido por ello y lo recomendamos al 100%, aunque durante la actividad tuvimos nuestros más y nuestros menos. El centro de buceo invitaba a desayuno y ligero almuerzo, y nosotros, como no, nos pusimos las botas. Nos dieron las instruccionesy reglas básicas, y nos explicaron lo irregular que podía ser ver tiburones. El día anterior no habían podido salir debido al mal tiempo, pero en los dos anteriores habían podido ver a sólo uno durante 10 segundos y 3 durante 10 minutos, respectivamente. Te ofrecen la opción de repetir al día siguiente si no consigues ver ninguno, pero ¿ver uno durante 10 segundos se considera ver un tiburón?
Después de la charla, montamos en el barco y disfrutamos del paseo que nos alejó de la costa, aunque mucho menos de lo que nosotros pensábamos. Un poco antes de llegar a destino, empezaron a tirar restos y sangre de pescado al mar para atraer a los tiburones, que no se si lo hizo, pero lo que sí atrajo fue un montón de gaviotas que empezaron a seguir el barco. Y ya en posición empezó la espera. En la jaula entraban 6 personas, por lo que se harían 3 turnos. El funcionamiento de la actividad es: entras en la jaula con neopreno, gafas de buceo y pesos y te mantienes en la superficie hasta que los del barco te avisan que te sumerjas. Desde el barco, lanzan una fuerte cuerda con una cabeza de pescado (entre otras cosas) que hace de cebo y esperan a que aparezca el tiburón. Cuando va a morder el cebo, tiran de la cuerda hacia el barco (y la jaula) y avisan a los de la jaula que bajen. En ese momento, si el tiburón ha seguido el cebo, va directo hacia la jaula o pasa por delante. Por supuesto, está totalmente prohibido sacar cualquier extremidad del cuerpo o cámara fuera del agua y si se tiene suerte, realmente puedes ver al animal desde muy cerca.
Como nosotros estábamos en la parte de arriba, nos pusieron en el tercer grupo, así que cámara en mano, nos preparamos para cuando apareciera el animal. Sin embargo, el fuerte vaivén de las olas hicieron que el mareo apareciera casi al mismo tiempo que el primer tiburón y por lo tanto ya no estuviéramos tanto por la labor de la fotos sino por nuestro propio bien. Los dos nos agarramos unas cuantas veces fuertemente a la borda para tirar al mar todo lo que habíamos desayunado y en los ratos que nos encontrábamos mejor disfrutábamos del espectáculo que estaban dando los depredadores. Hasta que llegó nuestro turno. Entramos los 3 en el mismo grupo (lo que después pensamos que había sido poco inteligente, ya que estando en grupos diferentes hubiéramos podido grabar más videos aprovechando todas las ocasiones). Ya en el agua nos encontrábamos mejor, no sabemos si por las ganas o el frío agua y dejamos que empezara el show. La visibilidad del agua no era muy buena, por lo que un tiburón que desde el barco se veía claramente y cerca, bajo el agua sólo se intuía la sombra a no ser que realmente pasara casi rozando la jaula. De todas maneras tuvimos suerte y vimos pasar varios tiburones. Cada vez que subíamos a la superficie tras ver uno, nos mirábamos y nos gritábamos de la emoción y la adrenalina para corroborar y comentar lo que todos habíamos visto.
Nada más salir de la jaula, yo me fui corriendo otra vez hacia la borda opuesta para seguir vaciando mi estomago, pero la experiencia ya lo habíamos vivido y eso ya no nos lo quitaría nadie. En el trayecto de vuelta, mientras nos cambiábamos, tuvimos el bonus de ver una ballena enorme muy cerca del barco. ¡Qué más se podía pedir! Desde luego, una experiencia que no nos importaría volver a repetir.
Nos vamos de vinos
Sudáfrica también es conocida cada vez más por sus vinos, y es que hace mucho tiempo ya que los primeros franceses empezaron a instalarse en la región que ahora se conoce como «winelands» (tierras del vino) al noreste de Ciudad del Cabo. Nosotros nos instalamos en Stellenbosch, un pueblo con montones de bodegas tanto en su interior como en los alrededores. Contratamos un tour en el que se visitaban 4 bodegas con sus degustaciones y duraba todo el día y estuvimos acompañados por una pareja alemana.
La primera bodega, Simonsig, nos hizo un pequeño tour con explicaciones sobre el funcionamiento de la bodega y posteriormente probamos cada uno 5 vinos diferentes, incluyendo un MCC, la versión sudafricana del cava catalán o el champán francés. En la segunda, Fairview, la degustación de vino estuvo acompañado de una degustación de quesos que nos dejó sin palabras: queso con arándanos, queso de cabra y brie, queso estilo italiano con tomate y orégano, queso azul… ¡Cada cual mejor! Tanto que nos centramos más en los quesos que en el vino.
Tras una ligera comida que estaba incluida en el tour, nos dirigimos a la tercera bodega, Dieu Donné Vineyards, instalada de una pequeña colina y desde donde pudimos tener unas bonitas vistas de la zona. Degustamos otros 4 vinos y ya en la última bodega, con los efectos del alcohol asomando, nos sentamos en un amplio salón con cómodos sofás donde probamos los últimos 5 vinos. En total, nos dijeron que la degustación equivaldría a botella y media de vino y tuvimos la ocasión de probar MCC, blancos, rosados y tintos; vinos de un único tipo de uva (como por ejemplo el «pinotage», uva resultado de la fusión entre el pinot noir y el hermitage – o cinsaut -) y blends; algunos más comunes y otros algo más exclusivos… Una jornada muy completa.
Información práctica
Alojamiento
- Gansbaai: Gansbaai Lodge & Backpackers (150ZAR dormitorio compartido)
- Stellenbosch: Stumble Inn (350ZAR habitación privada con baño compartido)
Actividades
- Buceo con tiburones «White Shark Cage Diving»: 950ZAR (con desayuno y comida incluida) – precio descuento por el alojamiento
- Tour de vinos con «Easy Rider Wine Tours»: 450ZAR (incluye visita a 4 bodegas + comida) – precio descuento por el alojamiento
Recomendaciones y sugerencias
- Animamos a todos a hacer el buceo con tiburones, aunque nuestra recomendación es tomarse una pastilla para el mareo y no desayunar demasiado.
- A nosotros nos hacía ilusión estar juntos en la jaula, pero realmente lo más inteligente es que parejas o grupos vayas en jaulas diferentes para multiplicar las opciones de grabar al tiburón.
- Recomendamos el tour de vinos y sobretodo la visita a la bodega Fairview para hacer la degustación de quesos.
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