Ciudad del Cabo (días 387,393-396)

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Ciudad del Cabo y sus alrededores son lo más parecido que encontramos a Europa. La ciudad es mucho menos peligrosa que Johannesburgo y de hecho transmite sensación de seguridad, aunque no lo sea tanto. Llegamos allí tras haber entregado el coche de alquiler en el aeropuerto y dando así fin a nuestro roadtrip por Sudáfrica. Lo visitamos en unos 2 días y medio y pasamos uno más de descanso a la espera de nuestro autobús a Namibia. Aunque el tiempo no acompañó demasiado, ya que casi todos los días se nublaba y lloviznaba, tuvimos suerte suficiente para disfrutar de “Table Mountain” sin nubes y con preciosas vistas.

 

Lion’s Head (Cabeza de León)

Como ya os mencionamos en el post de Drakensberg, debido a la incidencia con el pasaporte, hicimos una visita anticipada a Ciudad del Cabo, por lo que aprovechamos esa tarde para hacer nuestra primera visita. Teniendo aún el coche, decidimos ir a Lion’s Head, ya que sino hay que subir andando, en taxi o en un bus que recorre parte del camino. Aunque había algunas nubes, no parecía que hubiera tantas como para nublar el cielo por completo; sin embargo, las hubo. A medida que íbamos subiendo por el camino, veíamos como nubes que venían del otro lado de la montaña se estancaban alrededor de la cima y poco a poco nuestro campo de visión se fue reduciendo. Al principio podíamos ver la mayor parte de la ciudad, Table Mountain, Los 12 Apóstoles, la isla Robben y Camps Bay, la parte trasera y cara de Ciudad del Cabo. Pero al llegar a la cima, no había nada mas allá de nube blanca. La subida resultó muy fácil, a pesar de que el último tramo se sube trepando por rocas, pero no tuvimos la recompensa que esperábamos de vistas espectaculares. Tuvimos que conformarnos con las fotos que sacamos al comienzo de la subida y resignarnos a descender.

 

Isla Robben

La pequeña isla Robben a poca distancia del continente, ha tenido muchas funciones durante toda su historia, pero desde luego fue la cárcel que hubo allí la que lo hizo conocido internacionalmente. Nelson Mandela estuvo allí prisionero durante muchos de sus años encarcelados junto con otros que se rebelaban contra el apartheid. Por eso, la visita a la isla era obligatoria y resultó de lo más interesante. Tras el viaje en barco que empezó en el muelle V&A, recorrimos la isla en un autobús con las explicaciones de un guía que al parecer era el mejor de todos los que había, porque según nos contó era a él a quien llamaban siempre que alguna persona importante, como Hillary Clinton o el mismísimo Mandela, visitaba la isla. Tras la explicación de las diferentes áreas de la isla, sus funciones en los diferentes momentos de la historia y una parada para disfrutar de las bonitas de Ciudad del Cabo y su entorno natural, entramos en la prisión. Allí nos esperaba un antiguo preso político para darnos la bienvenida y hacer el tour, y es que todas las visitas las hacen personas que estuvieron allí presas en algún momento. Este detalle, hace que la visita resulte realmente interesante, ya que además de datos históricos, cuentan de primera mano su experiencia, el funcionamiento real de aquel lugar y muchas anécdotas.

 

Bus turístico

Al igual que en Johannesburgo, decidimos que la mejor manera de visitar el resto de la ciudad era con el bus turístico. En Ciudad del Cabo existen varias líneas del bus turístico y nuestra intención era hacerlas casi todas. Además queríamos aprovechar que había una parada en Table Mountain para subir a la montaña, por lo que no perdimos tiempo y nos montamos en el primer autobús del día. Tras un pequeño trayecto en la línea roja, pasamos a recorrer la línea amarilla, que realiza un pequeño circuito por el centro de la ciudad. Aunque en nuestra opinión no hay ningún edificio que destaque especialmente (aparte de la fortaleza tal vez), en el autobús se puede escuchar la historia de la ciudad y su evolución, que resultó interesante. Al bajar, caminamos unas calles para acercarnos a las casas pintadas de Bo-Kaap, el barrio musulmán de la ciudad.

 

Cambiamos después a la ruta azul, que rodeaba la ciudad por detrás de Table Mountain y se acercaba a la zona vinícola más cercana a la ciudad, Constantia. Fue el recorrido más paisajístico, con mucha montaña y mar, y creo que es el que hizo que Ciudad del Cabo nos gustara tanto: la naturaleza que lo rodea y las hermosas playas. Recorrimos Camps Bay, la zona pija con casas preciosas de grandes cristaleras mirando al mar y vimos que éste era un rincón de Sudáfrica muy diferente a lo que habíamos conocido hasta entonces (aunque también pasamos por algunos tramos muy pobres). Finalmente, pasamos frente al nuevo estadio de fútbol que se encuentra cerca del mar y volvimos al muelle para cambiar a la última línea que recorreríamos, la roja, que nos llevaría a Table Mountain.

 

Table Mountain (Montaña Mesa)

Inicialmente queríamos subir y bajar la montaña a pie, pero dudando de si nos daría tiempo, decidimos subir en teleférico y bajar a pie. El teleférico nos gusto mucho ya que tiene una plataforma giratoria dentro, por lo que todo el mundo puede ver el recorrido desde distintos ángulos. Una vez arriba, la vistas son maravillosas. Por una lado están Ciudad del Cabo y el mar; por otro lado Los Doce Apóstoles; y a lo lejos, las montañas siguen hasta el Cabo de Buena Esperanza. Tuvimos mucha suerte y el cielo estaba despejado como nunca, por lo que realizamos una buena sesión de fotos donde te sientes todopoderoso teniendo la ciudad a tus pies. Tras un rato de paseo por la cima, empezamos el descenso a través de una especie de escalera con peldaños irregulares hechos con piedras que nos llevo más o menos 2 horas.

 

Información práctica

Alojamiento
  • Ciudad del Cabo: Big Blue Backpackers (140ZAR dormitorio compartido)
Actividades
  • Visita a la isla Robben: 300ZAR
  • Autobús turístico Ciudad del Cabo: 160ZAR
  • Teleférico Table Mountain: 125ZAR sólo ida
Recomendaciones y sugerencias
  • Al devolver el coche nos cobraron un extra por entregarlo “sucio” por fuera y por dentro. A nosotros nos sorprendió ya que nunca hemos tenido que pagar nada por limpieza del coche, así que si se quiere ahorrar un dinerillo, mejor limpiarlo por cuenta propia antes de entregarlo.
  • Subir y/o bajar andando Table Mountain.

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