Safari en Tanzania (días 431-437)

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Nos pusimos rumbo a Arusha sin tener claro si haríamos un safari o no. Llegamos de noche y el recibimiento que nos dieron los locales nos pilló parcialmente por sorpresa. Nos imaginábamos que encontraríamos locales intentando hacer negocio, pero aquello fue sentirse como Madonna rodeada de fans: gritos, agarrones, “yo soy mejor”, “yo te he visto primero”, “mi safari es más barato”… Vamos, ¡un estrés enorme! Después de zafarnos y que los de la estación de bus nos gestionaran un taxi, fuimos al hostal, donde preguntamos al recepcionista si ofrecían safaris. En la puerta nos esperaban haciendo guardia una veintena de revendedores que nos habían seguido desde la estación, y es que, el problema de ir a Arusha a negociar un safari, es que vas a ser blanco de persecuciones y ofrecimientos de safaris. Siempre prometen el oro y el moro, pero la verdad es que no importa si lo haces a través de un intermediario o una de las oficinas que ofrecen “safari low cost” (lo que significa pagar entre US$135-160 diarios), lo que te vas a encontrar es una lotería. Una vez se ha concretado algo, van a empezar a llamarse entre ellos para juntar personas en grupos y ya sólo tienes que confiar en que todo salga bien.

Poblado
Un pequeño poblado tanzano que vimos desde el bus que nos llevaba a Arusha

 

Lo pensamos y repensamos; dudamos mucho y casi desistimos tanto por la falta total de confianza como por el hecho de que ya habíamos hecho safaris autoguiados. Sin embargo, al final nos embarcamos en un safari de cuatro días que incluía los parques de Tarangire, Serengeti y Ngorogoro. Escéptico como pocos por la cantidad de dinero que habíamos pagado, en un inicio no fui el más simpático con nuestro guía Marco y por el contrario, acabó siendo el gran artífice de que todo fuera sobre ruedas. Por una parte, se debió a sus conocimientos; y por otra, a su afán de satisfacer mi obsesión por ver un guepardo, el único animal de mi lista de imprescindibles que nos quedaba por ver en su habitat natural. Nuestros compañeros de viaje resultaron ser 2 chicas y un chico coreanos majísimos y con los que nos llevamos muy bien durante todo el viaje. La verdad que fue todo un acierto habernos decidido por hacer este safari.

 

Tarangire

El primer día, disfrutamos del parque Tarangire, conocido por su gran abundancia de elefantes. En este día también nos acompañó un británico que al día siguiente se uniría a otro grupo para visitar otros parques diferentes a los nuestros. Mi pensamiento inicial era que iba a ser un día sin más, porque es difícil avistar depredadores y porque creía estar cansado de tanto elefante. Pero nada más lejos de la realidad. Debido al riesgo (para nosotros) que tomaba nuestro guía para acercarnos lo máximo posible hasta este enorme animal, lo hizo muy emocionante. Sufrimos un par de amagos de carga, tuvimos a varios elefantes muy pero que muy cerca de nuestro coche y por algunos segundos nuestra adrenalina se disparaba. También coincidimos con el momento en el que un par de jirafas peleaban pegándose el uno al otro con sus largos cuellos; ¡increíble! Un primer día que no estuvo nada mal para reafirmarnos en nuestra decisión.

 

 

Serengeti

El segundo día prometía, ya que íbamos al Serengeti, el parque del que tan bien nos habían hablado. Yo seguía con mi obsesión por el guepardo y menospreciaba la importancia que le daba nuestro guía al paisaje. Todo cambió en cuanto entramos en el Serengeti. Tres enormes leones reposaban junto a la calzada de la carretera. Eran gigantes e impresionantes. ¡Vaya comienzo!

 

Seguimos adentrándonos en la llanura, donde la tierra se funde con el cielo y viceversa. El nombre “Serengeti” quiere decir “El lugar sin fin” en swahili y la verdad es que no hubieran podido haber acertado más. El enclave es mágico y traslada tus pensamientos a la infancia. Te sientes como Simba, Timón y Pumba en este infinito tan bello. Continuamos con el game drive, en busca de animales y pudimos ver un leopardo, un guepardo (muy a lo lejos), hipopótamos, búfalos… pero sobre todo ñus y cebras. Éstos son los grandes protagonistas del Serengeti y el Masai Mara en Kenia. Más de un millón de ellos migran cada año entre un parque y el otro siguiendo la lluvia y buscando comida. Ofrecen una de las imágenes más impactantes de la naturaleza, especialmente cuando cruzan el río Masai Mara, donde cientos de cocodrilos están al acecho para darse un festín. Y para finiquitar el día, Marco nos llevó a ver una manada de leones devorando un búfalo que habían cazado el día anterior. ¿Acaso se podía pedir más?

 

Atardecer
Atardecer

 

Por si no hubiéramos tenido suficiente el día anterior, empezamos el tercer día con un amanecer alucinante. Si el tiempo lo permite, disfrutar de un amanecer o atardecer en el Serengeti es una experiencia inolvidable. Iniciábamos el día con buen pie y aunque no logramos tomar una instantánea de un guepardo desde más cerca, disfrutamos del elusivo leopardo varias veces así como de un gato algo menos conocido, el serval. Había sido un día fantástico y nos íbamos enamorados del Serengeti. ¡Qué lugar!

 

 

Ngorongoro

Aunque el primer vistazo al Ngorongoro lo dimos el segundo día, bajamos a la reserva natural en el cuarto y último día. El cráter del Ngorongoro es uno de los cráteres más grandes del mundo y uno de los pocos (o el único) en donde viven animales. El paisaje es precioso, tanto al amanecer cuando algunas nubes se aferran al borde del agujero como una vez que despeja. Entramos en busca de un rinoceronte para mostrárselo a nuestros amigos coreanos que no habían visto nunca ninguno. Sin embargo, nos cruzamos con una manada de leones que parecían estar esperando muy cerca de un gran grupo de ñus, como si se estuvieran preparando para atacar. Debido a la posición de las leonas, nuestro guía estaba convencido que no iban a hacerlo y a diferencia de los otros 4×4, nos fuimos. No podía creerme que hubiéramos dejado el lugar, pero Amaia no paraba de recordarme que hasta el momento Marco había demostrado sus valía y que confiara en él y… ¡¡BINGO!! Llegamos justo en el momento oportuno para presenciar como unas hienas estaban atacando a la cría de un búfalo. ¡Era naturaleza en estado puro! Once meses de embarazo para que la madre viera como una decena de hienas devoraban a su pequeñ@. Si es que la naturaleza puede ser muy cruel a veces… Además, posteriormente sabríamos que los leones abandonaron el lugar tal y como predijo Marco, así que la satisfacción fue incluso mayor.

 

Moshi y Kilimanjaro

Acabamos el safari muy contentos y nos dirigimos directamente a Moshi, el pueblo base para escalar el Kilimanjaro. No teníamos intenciones (ni ropa adecuada, ni dinero) para subirlo, pero desde allí íbamos a disfrutar de las vistas de este gigante montañoso y de paso íbamos a explorar unas piscinas naturales que nos había recomendado una chica alemana que conocimos en Dar Es Salaam. ¡Que gran recomendación! Las piscinas naturales de Chemka, fueron el descubrimiento de Tanzania y lo mejor de todo es que no había turistas. Eso sí, estaba abarrotado por 50 jóvenes locales que acudieron a refrescarse después de la escuela.

 

Abandonamos Moshi camino a Dar Es Salam con el Kilimajaro a nuestras espaldas. Es mágico y cuanto más nos distanciábamos de él, más claro teníamos que volveríamos a escalarlo. ¡Pronto nos veremos, Kilimanjaro! ¡HAKUNA MATATA!

Kili
¡Hasta pronto, Kili!

 

Información práctica

Transporte
  • Autobús Dar Es Salaam – Arusha: TSH30000 (12h) Empresa Dar Express
  • Transporte Moshi-Chemka
    • Dala-dala Moshi-Boma: TSH1000 (30min)
    • Bajiaji Boma-Chemka: TSH30000 (30min ida + 3 horas de espera + 30min regreso por los dos)
  • Autobús Moshi – Dar Es Salaam: TSH33000 (10h) Empresa Kilimanjaro Express
Alojamiento
  • Arusha: Arusha Backpackers (TSH44000 habitación privada con baño compartido y desayuno)
  • Moshi: Haria Hotel (TSH43000 habitación privada con baño compartido)
Actividades
  • Safari 4d/3n: $600+$60 propina recomendada/obligatoria
  • Incluye todas las comidas y alojamiento en tiendas de campaña.
  • Visitas a los parques Tarangire, 24h en el Serengeti y 4h en el cráter del Ngorongoro.
  • Nosotros lo contratamos a través de un “flycatcher” que nos recomendó el recepcionista del hostal, pero recomendamos llamar directamente al que fue nuestro guía e hizo que realmente el safari fuera un éxito total: Marko Mtui.
    • Teléfono – +255755750247
    • Email – markoeliona@yahoo.co.uk
  • Entrada de la piscina natural Chemka: TSH10000
Recomendaciones y sugerencias
  • Evitar en la medida que se pueda la estación de Ubungo en Dar Es Salaam
  • Si se va a viajar con Dar express, recomendamos comprar el billete antes e ir a la estación Shekilango
  • Si el presupuesto lo permite, permanecer en el Serengeti el máximo de días que se pueda
  • Chemka es un “lugar escondido” muy recomendable para visitar

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