São Paulo y Campinas (días 343-352)

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En el estado de São Paulo nos esperaban unos cuantos amigos. Por una parte, en la capital nos acogerían Suellen y Guilherme, la pareja que conocimos en México hace ya casi un año y tras pocas horas de conversación y una comida, muy amablemente nos invitaron a pasar estos días con ellos, y también nos reencontraríamos con una amiga mía chilena de Erasmus, Valentina, y su novio, Rodrigo, que ahora viven aquí. Por otro lado, también pasaríamos unos días en Campinas, ciudad industrial y tecnológica, y desde luego poco turística, donde descansaríamos unos días en casa de Mike, un amigo de la uni de Nico, Patricia y el pequeñajo Eloy. En ambos sitios nos han cuidado de maravilla, hemos pasado muy buenos días y nos ha encantado volver a ver a todos. Muito obrigado por tudo! ¡Nos hemos sentido como en casa y esperamos volver a veros pronto a todos! ¡Cómo nos gustan estos reencuentros!

 

São Paulo

La ciudad más poblada de Brasil y la más industrializada no es precisamente conocido por sus lugares de interés turístico, pero está lleno de una oferta cultural extraordinaria y al alcance de todos los bolsillos. Por poner un ejemplo, nosotros visitamos 4 de los muchos museos que hay y coincidimos con el día de entrada gratuita de los todos: el MASP (Museo de Arte de São Paulo), la Pinacoteca, el Museo AfroBrasil y la OCA. También teníamos pensado ir al Museo del Fútbol, que debe estar muy bien, pero finalmente no tuvimos tiempo, aunque también hubiera sido gratuito. Sin embargo, no sólo se trata de los museos, sino también de los espacios para realizar todo tipo de actividades al aire libre, la gran variedad de teatros y conciertos, y un largo etcétera que podría llenar la agenda de cualquiera.

 

Para visitar la ciudad de manera fácil y rápida optamos por un Free Walking Tour en inglés; estuvo muy bien, aunque el grupo era tal vez demasiado grande. También había la opción de hacerlo en castellano por la tarde, con un itinerario parecido pero tal vez algo más completo, pero preferimos hacerlo por la mañana, así que no tenemos información sobre qué tal estaba ésta otra. Lo bueno del tour es que además de hacer el recorrido por los lugares importantes, nos enteramos de detalles interesantes e información práctica, como saber a qué terrazas de edificios se puede subir, cuanto cuestan y en que franja horaria son gratuitos o que existe la opción de entrar en la bolsa de São Paulo y recibir información sobre las actividades que allí se realizan. Con ellos visitamos la catedral y varias iglesias más, el Patio de Colegio donde se creó la ciudad, varias plazas y puentes como el puente de té y pasamos frente a edificios históricos y modernos como el teatro municipal o el edificio Copán de Niemeyer.

 

Nosotros tras el tour, aprovechamos para subir a las terrazas de dos edificios, el Martinelli y el Italia, ambas con bonitas y amplias vistas de la gran urbe, sus rascacielos y casas que se expandían hasta el infinito. También fuimos al edificio de la bolsa, a ver qué nos explicaban de su funcionamiento, la situación actual de la economía brasileña y tantear opciones de compra de acciones. Finalmente no nos arriesgamos a la compra, pero recopilamos bastante información y nos llevamos unas lecciones básicas del funcionamiento.

 

 

El resto de los lugares a visitar lo hicimos por nuestra cuenta. El que más nos gustó fue el “beco de batman”, una calle llena de graffitis de diferentes estilos; mientras que lo que más nos decepcionó fue el barrio de Liberdade, el barrio japonés. No nos pareció tan auténtico como los chinatown que habíamos visto en EEUU y eso que São Paulo tiene la colonia japonesa más grande del mundo. Dimos una vuelta por el mercado y la avenida paulista (que ya habíamos visto con Valentina y Rodrigo) y conocimos el Parque Teniente Siqueira Campos, un pequeño parque en el corazón de la ciudad que conseguía aislarnos de todo el bullicio.

 

Aprovechando que el sábado Suellen y Guillerme no trabajaban, salimos con ellos a hacer turismo y para comer se nos unieron también los chilenos. Visitamos el palacio Ipiranga, aunque el edificio estaba en reformas, por lo que no pudimos subir a su terraza para tener una vista panorámica de los jardines estilo frances. Nos acercamos al Monumento de la Independencia pasando por una super cuesta llena de patinadores de todo tipo que se deslizaban por él entrenándose. Después nos acercamos al parque Ibirapuera que nos “atrapó” hasta la hora de cenar, y es que esta enorme zona verde está lleno de museos, zonas de descanso, un gran lago, paseos, opción de realizar deporte… Acoge un complejo arquitectónico diseñado por Niemeyer en gran parte, que une mediante una “marquesina” el Museo AfroBrasil, el Museo de Arte Moderno de São Paulo, la OCA, el auditorio y la Fundación Bienal de SP. Nos gustaron mucho tanto los museos como el ambiente que se respiraba en el parque y pasamos muy buen rato con nuestros amigos.

 

Y la noche del sábado, como despedida de la ciudad, llegó el plato fuerte. Guilherme nos había localizado una escuela de samba donde podríamos ir a ver el primer ensayo para el carnaval. Cuando llegamos allí no sabíamos muy bien que esperarnos, pero el espectáculo resultó ser una pasada. No había demasiada gente, por lo que pudimos ver todo desde muy cerca; hablamos con los bailarines y nos sacamos fotos con ellos; la manera de moverse era increíble; pudimos participar en “el paseo”; e ¡incluso pude bailar con un par de bailarines! ¡Un sueño hecho realidad! Todos nos lo pasamos genial, reímos mucho y nos quedamos alucinando con el movimiento de pies y caderas. Fue una experiencia desde luego muy recomendable y estamos muy agradecidos a la Escuela de Samba Tom Maior por lo bien que nos trataron. Aquí os dejamos un video de los que sacamos, pero en nuestro canal de Youtube podéis ver el resto.

 

Respecto a la gastronomía, tuvimos ocasión de probar muchas cosas diferentes. Por una parte probamos el pan relleno de calabresa en la panadería mas antigua de São Paulo y por otra comimos el clásico sandwich de mortadela y el “pastel” de bacalao en el mercado municipal. El primero fue un super acierto, ya que estaba buenísimo y salió muy barato. Los segundos sin embargo nos parecieron un timo turístico, sobre todo el sandwich, ya que a parte de no ser nada del otro mundo, nos salió un poco caro.

 

Además, nuestros anfitriones se preocuparon muchísimo de que comiéramos de todo, por lo que hicimos un montón de cosas con ellos. Una de las noches cenamos pizza paulista, caracterizada por llevar mucho queso y que estaba brutal; otra hicimos una barbacoa brasileña con la familia de Suellen; y otra fuimos al mejor “boteco” (bar) de los alrededores de São Paulo para comer costilla bovina; la presentación nos encantó y el sabor de la carne estaba espectacular. Guilherme también se lució preparándonos un desayuno típico a base de “pão na chapa”, que es básicamente pan con mantequilla tostado en la sartén, y nos dio fuerza para todo el día.

 

Otra cosa que queríamos probar era el sushi brasileño y es que debido a la gran inmigración japonesa, se ha creado una variedad de sushi que utiliza más frutas de lo habitual. Para ello, tuvimos la suerte de que a través del blog en el que participa Suellen, BlogTogether, nos invitaran a la reinauguración del restaurante Little Tokyo. Pudimos probar un montón de sushis diferentes y otro tipo de platos que estaban buenísimos. La lastima fue que no sacaron muchos de frutas, por lo que no resultó ser muy brasileño el asunto, pero mereció mucho la pena. Fue un placer conocer a las amigas blogueras de Suellen, con las que estuvimos muy a gusto y además nos llevamos un sake espumoso y una cerveza Sapporo Premium de obsequio.

 

Campinas

Los días que pasamos en Campinas con Mike y Patricia fueron de descanso: recordar viejos tiempos y ponernos al día con los nuevos, comer bien como cuando Mike nos preparó su super paella, y divertirnos un montón con Eloy, el pequeñín de la casa. De Campinas la verdad es que vimos poca cosa: el parque Portugal y el centro tecnológico donde trabaja Mike. Aquí nos hizo un tour turístico explicándonos el funcionamiento general y recibimos una clase magistral de comunicaciones ópticas para “entender” lo que se cocía entre las paredes del centro de investigación. Con Eloy nos lo pasamos en grande acompañándolo en sus primeros pasos y jugando con él, un niño buenazo donde los haya.

 

Datos de interés

Transporte
  • Autobús São Paulo – Campinas: R$16 (1h 30min) Empresa Cometa
  • Autobús Campinas – Rio de Janeiro: R$65 (8h 30min horas) Empresa UTIL
Actividades
  • Las entradas a los museos nos parecieron baratas y accesibles a todos, pero además coincidimos con todos los días de entrada gratuita
  • Terrazas de edificios
    • Torre Italia: gratis de 16h a 17h
    • Torre Martinelli: gratis de 9h a 11.30h y de 14h a 16h. Entrada desde Av. São João 35
Recomendaciones y sugerencias
  • Ir a una escuela de samba a ver los ensayos de Carnaval. Nosotros recomendamos la Escuela de Samba Tom Maior, que es donde fuimos; ambiente familiar (hay algunas escuelas un tanto conflictivas), espacio para verlo muy bien y bailarinas muy buenas.
  • Disfrutar de una vista panorámica de algunas de las torres más altas de la ciudad: torre Italia y torre Martinelli.

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2 Respuestas

  1. Mike, Patricia y Eloi

    Fue un placer recibiros! Buena continuación del viaje! Abrazos

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