Bangkok (días 110-113)

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Bangkok, la capital tailandesa, fue el lugar del feliz reencuentro familiar y es que desde que empezamos el viaje, ni mis padres ni los de Amaia no han querido desaprovechar la oportunidad de visitarnos. Y nosotros, ¡encantados!

Sus primeras impresiones de la ciudad fueron muy buenas, aeropuerto moderno y enorme, skytrain que transcurre entre rascacielos.. vamos, una gran urbe cosmopolita y desarrollada. Pero, a la que salimos del BTS y nos encaminamos al hotel, todo resultó raro para ellos: olores, ajetreo, comida callejera por todos lados que no pasaría los controles de sanidad occidental… Welcome to Asia! De todas maneras, Bangkok reúne modernidad y tradición y tiene mucho que ofrecer tanto a nivel turístico como de entretenimiento. Y por ello, nos encantó.

El primer día, programamos algo light debido al largo viaje en avión. Por ello, tras una ducha y habiendo descansado un poco, decidimos ir a Chinatown a perdernos entre sus mercados y sus gentes. Era la oportunidad de que experimentaran el frenesí de los puestos asiáticos y que sus sentidos se sumergieran en una nueva aventura. Tras la experiencia sensorial, nos encaminamos al Wat Traimit para presentar a Buddha a los nuevos viajeros. Lo iban a ver mucho durante la ruta por Tailandia, así que era bueno que empezaran a familiarizarse con él.

 

Si sois de los que no os llama mucho la atención la comida asiática, no os preocupéis que en Bangkok y en Tailandia en general vais a encontrar restaurantes occidentales sin problemas. Mis padres no se atrevieron a probar muchas cosas (aunque sus pinitos hicieron) y en nuestra opinión, ¡ellos se lo perdieron! Aunque a nosotros nos vino ideal, ya que era una forma de variar nuestra dieta a base de arroz y noodles.

El segundo día lo iniciamos en el mercado de las flores que fue algo decepcionante debido a que los puestos estaban casi vacíos, con lo que creemos que hay que acudir a otra hora del día. Seguimos hacia el Wat Pho, un templo muy bonito, conocido por albergar el buddha tumbado más grande de la capital. Si bien, impresiona, mucho mejor son los pequeños templos del complejo. Además de fotogénicos, eran los primeros que veíamos de ese estilo y nos encantaron, tanto a mis padres como a nosotros.

 

Y finalizamos la mañana turística en el gran icono de la ciudad, la zona del Gran Palacio, que incluye también el Wat Phra Kaew. Su entrada es cara, pero incluye el acceso a otros sitios de la ciudad, o sea que merece la pena si se van a visitar los otros sitios también. Cuando logramos abstraernos de la gran cantidad de turistas, mayoritariamente chinos escandalosos, le encontramos el encanto al lugar y acabó gustándonos más de lo esperado; en especial la zona que rodea al Buddha esmeralda, ya que es posible deleitarse con unos murales que hablan de la mitología e historia tailandesas fascinantes. El Gran Palacio es arquitectónicamente espectacular, pero no es posible visitar su interior, con lo que va a ser lo más rápido de visitar del gran complejo. Coincidimos con el cambio de guardia y observamos que tienen mucho que practicar, porque los jóvenes no daban ni una.

Selfies
Aunque llovía, no podíamos perder la ocasión de hacer más selfies familiares

 

No podíamos irnos de Bangkok sin visitar la que hubiera sido nuestra casa en caso de no haber estado acompañados de mis padres, la meca de los mochileros Khao San Road. Aquí aprovechamos para hacernos unos carnet de estudiante (falsos, obviamente); y es que, en esta pequeña calle puedes encontrar todo lo que piensas y más, como brochetas de escorpiones. Acabamos el día en la Golden Mountain para observar el atardecer y volvimos al hotel a cenar, tras el fallido intento de cenar un padthai en el mítico Pratupí (¡cierra los lunes!).

 

El tercer día empezó en el Palacio Dusit, uno de los edificios de la realeza tailandesa. Con exteriores de estilo europeo, alberga todo tipo de objetos de ornamentación lujosa, así como esculturas y pinturas. El complejo, además del palacio, consta de bellos jardines y otros edificios, del cuál destaca la mansión Vimanmek. Es conocida por ser el edificio de teca más grande del mundo así como rendir homenaje al rey Rama. Tras la visita, debido a que medio equipo no se encontraba al 100%, descartamos la visita del templo de mármol (Wat Benchamabophit), el cuál desde el taxi parecía tener buena pinta y unos pusimos rumbo al MBK unos y al hotel otros.

 

Bangkok dispone de una gran variedad de centros comerciales enormes. El MBK es el más grande y es curioso porque alberga puestecitos donde es posible regatear los precios de la ropa, pero también visitamos otro, el Siam Paragon, con tiendas más lujosas. De las tiendas pasamos al último atractivo turístico del día, la casa de Jim Thompson. Este norteamericano, enamorado de Tailandia y la cultura asiática recopiló objetos de gran valor cultural durante los años que pasó en Bangkok. De repente, un día desapareció misteriosamente durante una visita a unos amigos en las Cameron Highlands en Malasia y debido al cariño que le tenían, decidieron crear un museo con sus objetos moviendo para ello su casa tradicional tailandesa de un lado al otro del río. La visita, con guía incluido, es interesante, pero no esperéis una respuesta sobre que pasó con su persona, porque todavía es un gran enigma.

Casa de Jim Thomson
La casa de Jim Thomson

 

La capital tailandesa es conocida mundialmente por la prostitución y dispone de varias zonas dedicadas a ello. Sin saber qué nos esperaba, los chicos decidimos ir a explorar la zona de Soi Cowboy, la más turística. En la pequeña calle se reúnen chicas exhuberantes intentando que entres a los locales. Los turistas, mayoritariamente anglosajones, están como el pez en el agua y se entretienen de club en club. Debido a que nuestra intención no era entrar en los clubs, paramos en un bar que tenían música en directo muy buena. Alguna chica se nos acercó, pero amablemente tras una charla cordial les hicimos ver que no era lo que estábamos buscando. Fue una experiencia a vivir para ver que se cuece en la urbe (aunque sólo vimos una pincelada de la realidad), pero no es de nuestro rollo y no nos sentimos muy cómodos.

Bangkok
Soi Cowboy es una de las calles de striptease más conocidas de Bangkok

 

El último día en Bangkok, decidimos cancelar la visita al museo nacional, donde íbamos a hacer la visita guiada gratuita en francés, y únicamente fuimos a tomar aire fresco al parque Lumbini y a degustar unos cupcakes al Central Silom Complex. A la tarde volvimos al MBK a observar a los freaks asiáticos en los arcades y los juegos de baile. Nosotros nos limitamos a los bolos y unas carreras de coche y después de pasar un rato muy divertido, se nos hizo la hora para ir a la Baiyoke Tower.

Bolos
El dream team de los bolos y nuestra puntuación

 

La Torre Baiyoke II es el edificio más alto de Bangkok y desde ella se pueden presenciar unas bonitas vistas de la ciudad. Amenizamos la puesta de sol con un cocktail y cuando se hizo de noche, nos enamoramos del skyline iluminado de Bangkok, pero tocaba regresar al hotel. Habíamos quedado con nuestro amigo Julián, el couchsurfer que nos acogió en Buenos Aires. ¡Qué bueno es coincidir en ruta con gente conocida y maja! Nos pusimos al día y nos dijimos hasta la próxima.

Couchsurfers
¡Qué bueno encontrarnos con couchsurfers! ¡Saludos Julián!

 

Finalmente, tocaba abandonar Bangkok. No pudimos disfrutar del mercado asiático más grande del mundo, ni de un mercado flotante de la ciudad, ni de infinidad de cosas, porque aunque se haya alargado el post, aún queda mucho que contar y vivir en esta ciudad. Pero teníamos que seguir nuestra ruta por Tailandia, así que… ¡Volveremos Bangkok! ¡Me encantas!

 

Información práctica

** Comentaros que estos días los pasamos con los padres de Nico, por lo que no son precisamente precios mochileros, sino algo más acomodados **

Transporte
  • Dentro de la ciudad
    • SkyTrain: 45 THB todo el trayecto entre el aeropuerto Suvarnabhumi a Phaya Thai
    • BTS: Dependiendo de la distancia entre 15 THB y 42 THB
    • Barcos turísticos: 40 THB (no merece la pena cogerlos, nosotros nos confundimos)
    • Barcos públicos: 14 THB (los que tienen bandera naranja)
    • Barco para cruzar de lado frente a Wat Arun: 3 THB
    • Taxi: Los precios cerrados más comunes son 100 THB o 150 THB, pero siempre hay que intentar que ponga el taxímetro. Dos trayectos de 5km y 2.5km (esta última lloviendo) nos costaron 100 THB, mientras que con taxímetro un trayecto de Más de 8km nos costó 90 THB.
Alojamiento
  • Baan Glang Soi: 1080 THB habitación doble con baño privado, aire acondicionado, wifi y dos botellas de agua. Dispone de buen restaurante a buen precio. Recomendable
Actividades
  • Wat Traimit: 20 THB (gran Buddha de oro)
  • Wat Pho: 100 THB (enorme Buddha yacente)
  • Gran Palacio: 500 THB (incluye la entrada al palacio Tusit y la Mansión Vimanmek)
    • Tour gratuito en inglés a las 10.00h, 10.30h, 13.30h y 14.00h
  • Wat Saket (Golden Mount): gratuito
  • Casa de Jim Thomson: 150 THB
  • Masaje tailandés: 200 THB/hora
  • Bolera en el MBK: 120 THB/pers + 50 THB/zapatillas
  • Torre Baiyoke II: 400 THB (incluye observatorio, una bebida en el bar y acceso al mirador superior)
    • Creemos que el acceso al bar es gratuito (porque los carteles decían “free access”) y las bebidas allí no son tan caras como 400 THB. Además, nadie controlaba el acceso al mirador superior desde el bar, así que tal vez merezca la pena intentar subir al bar sin pagar la entrada turística, porque lo único que se pierde sería el observatorio, que tampoco merece la pena.
Recomendaciones y sugerencias
  • Si estáis por la zona de Saphan Taksim, no os perdáis el restaurante del Baan Glang Soi.
  • Volved a vuestros tiempos adolescentes (o no tan adolescentes) e id al MBK a disfrutar de los juegos de arcade antes o después de los bolos. A parte os sorprenderéis con lo freaks que son los asiáticos en estos juegos
  • Si vas a viajar a países que hagan descuentos para estudiantes, no pierdas la oportunidad de hacerte una tarjeta de estudiante en Khao San Road
  • Si queréis evitaros las comisiones de los cajeros, acercaros al Bangkok Bank con vuestro pasaporte y tarjeta y os harán la sustracción como si fuera una compra, ¡evitando los 200 THB de comisión fija!

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