Ho Chi Minh (días 154-157)

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Ho Chi Minh, la ciudad más poblada del Vietnam, era nuestra puerta de entrada al país. El cruce de frontera había sido sencillo, y aunque el chico del autobús hizo las cosas algo más complicadas pidiéndonos y devolviéndonos los pasaportes una y otra vez, creemos que nos pudo evitar algún que otro timo.

En esta ocasión también pudimos hacer couchsurfing y nuestro anfitrión, King, era un joven que daba clases de inglés en su enorme casa a las afueras de la ciudad. Sus jóvenes alumnos tenían la suerte de practicar el idioma con sus invitados y estaban encantados con ello. Además, el barrio no estaba nada acostumbrado a los turistas, así que todo era curiosidad y sonrisas. Aunque dormíamos prácticamente en el suelo y a veces era algo persistente con que atendiéramos sus clases, la experiencia fue muy satisfactoria. Por si fuera poco, la comida local de la zona nos sorprendió gratamente. Probamos el Buń Cha Cá, una sopa de fideos con pastel de pescado, y los Banh Xeo, una especie de crepe que se comía enrollado junto con lechuga, menta y otras hierbas. Ambos estaban muy buenos, pero hacemos una mención especial al segundo que nos encantó. Para completar la ruta gastronómica por la zona, King nos llevó a cenar a nosotros y las 3 brasileñas que también se alojaban en su casa a un sitio que hacían barbacoa de marisco. Comimos navajas, almejas en sopa y otras asadas con cacahuete que estaban deliciosos, noodles y una especie de barquillo de postre. El sitio nos encantó y lo pasamos francamente bien.

 

Una de las cosas que más nos sorprendió de la ciudad de Ho Chi Minh es la gran cantidad de motos que hay por todos los lados. Cada vez que te dispongas a cruzar sus calles y avenidas, creerás que estás cometiendo un acto de suicidio. Otra de las cosas más sorprendentes es observar banderas y carteles comunistas en todos los rincones. Eso sí, es la única muestra comunista, porque la ciudad es un hervidero de proyectos de lujo e inyección económica. De aquí a 20 años estoy seguro que su transformación será brutal. Y por último, nos llamó la atención que la mayoría de vietnamitas, sino todos, la siguen llamando Saigon, y es que su nuevo nombre no parece ser del agrado de todos.

 

Por lo demás, la ciudad en sí, no ofrece ningún atractivo muy interesante, a parte del museo de la reminiscencia de la guerra, pero te mantiene entretenido una jornada recorriendo su centro. El museo es imprescindible para comprender las barbaridades que se llevaron a cabo durante la guerra de Indochina, así como el origen y desarrollo de la misma. Aunque a veces las explicaciones pecan de exceso de patriotismo y son muy partidistas, es innegable que el horror que sufrieron fue impuesto y que varios tratados de paz fueron violados por los estadounidenses impunemente. La exposición fotográfica te traslada a diversas épocas de la guerra y desde diferentes perspectivas, siendo el uso de agentes químicos la cara más cruel y sucia. Sus consecuencias fueron trágicas no sólo para los que perecieron en el acto sino también para generaciones venideras con malformaciones de todo tipo en muchos bebés que son hoy ya adultos. Esta sección es especialmente dura, por lo que puede no ser apto para personas aprensivas.

 

Del resto de lugares a destacar está la torre más alta de Vietnam, Bitexco, donde intentamos acceder para sacar unas fotos desde el restaurante en el piso 50 y resultó imposible porque estuvimos escoltados en todo momento por miembros del staff. Como no queríamos consumir por parecernos caro para nuestro presupuesto, echamos una rápida ojeada y nos fuimos. Por otro lado, la catedral de Notre Dame, el edificio central de correos construido por Eiffel, el ayuntamiento, el teatro municipal, el palacio de la reunificación y el mercado de Ban Tham se encuentran entre los otros puntos turísticos de la ciudad. Sin embargo, no hay nada como recrearse con los gimnastas y jugadores de “badminton con los pies” (??) del parque 23/9.

 

A las afueras de Saigon se encuentra el otro gran atractivo, los túneles de Cu Chi. Este sistema de túneles subterráneos fue la gran arma del Vietcong y posiblemente el artífice de que los estadounidenses se retiraran (demasiadas bajas y dinero invertido sin fruto alguno). De los 250km que existieron, quedan algunas zonas habilitadas para los turistas. La parte que visitan la mayoría de tours, Ben Dinh, fue adherida posterior y no forma parte de la construcción original. En cambio, la zona de Ben Duoc únicamente ha sido reforzada y respeta la dimensión de los túneles, lo que hace la visita más auténtica. Nosotros nos acercamos a esta última y aunque llegar conlleva algo más de tiempo, no nos arrepentimos. Durante la visita, un guía te lleva a diferentes túneles donde puedes entrar. Algunos de ellos, eran utilizados para reuniones militares o curar heridos. Es increíble experimentar la sensación de estar en lugares tan pequeños. A veces, el calor resulta agobiante pero vale la pena ponerse en la piel de estos guerrilleros para darse cuenta de lo difícil y a la vez infalible que era vivir allí abajo. En varios tramos de los túneles existen hasta tres niveles donde cada galería se destinaba distintos fines, desde casas a almacén de armamento.

 

Nuestros días en Ho Chi Minh se acabaron y nuestro próximo destino era la ciudad de Hoi An a 1000km de distancia. A las 8 de la mañana cogimos nuestro primer autobús “sleeper”, que en Vietnam se traduce a tener prácticamente una cama en el autobús. El viaje duraría 22 horas y el bus pararía en diferentes localidades turísticas como Mui Ne o Nham Tram.

 

Información práctica

Visado
  • Vietnam
    • Aprovechando un tratado que finalizaba el 30 de junio del 2016 (lo han alargado un año más), entramos a Vietnam con 15 días de visado gratuito. Para poder quedarse más días, se necesita sacar el visado con anterioridad en una embajada vietnamita y el coste ronda los $45 tanto para 30 días como para 3 meses (por lo menos en la embajada de Pakse, en Laos).
Transporte
  • Phnom Penh-Ho Chi Minh: 13$ (7h) Empresa Mekong Express (incluye botella agua y pastas para desayunar)
    • Hay más económicos, pero era el más barato que podíamos reservar por internet y lo necesitábamos para la tramitación del visado chino.
  • Ho Chi Minh-Túneles Cu Chi (Ben Duoc)
    • Autobús n.13 (estación parque 23/9 – última parada, Cu Chi): 7000VND (1h30)
    • Autobús no.79 (preguntad al cobrador que os pare en la entrada de Ben Duoc): 6000VND (35-45 min)
  • Autobus Ho Chi Minh – Hoi An: 400000VND (22h) Empresa Viet Naht contratado con APT Travels**, al lado del hostal Hangout – Mismo precio que Open Bus parando en Mui Ne y Dalat, así que si se tiene tiempo, aprovechad para visitarlas
Actividades
  • Museo de la guerra: 15000VND
  • Skydeck de la torre Bitexco: 200000VND (no fuimos)
  • Túneles Cu Chi – entrada Ben Duoc: 90000VND (1h) – incluye guía y degustación de mandioca
Recomendaciones y sugerencias
  • La pastelería ABC ofrece pastas deliciosas a buen precio para empezar bien el día o tomarse un tentempié.
  • Si se está en un apuro y necesitáis wifi, el CircleK es vuestra solución. Este tipo de 7/11 abre hasta altas horas o incluso 24h y tiene wifi. Su contraseña es: circlekvietnam.
  • Si encontráis un puesto local que preparen Banh Xeo, especialidad de la provincia de Bin Dihn, sentaos y disfrutad. Si es de los de masa amarilla, mucho mejor.
  • En el bus a Nha Trang, pasamos por Mui Ne y nos gustó su alrededor, así que os recomendamos alquilar moto y perderos. La zona de Thon Va Hoa, tenía especial buena pinta.

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