Santa Catarina; playa, playa y cerveza (días 329-335)

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Santa Catarina, el segundo estado más al sur de Brasil, era nuestro siguiente destino. Conocido principalmente por sus playas, estábamos deseosos de llegar a este estado de mucha ascendencia alemana, a ver si con un poco de suerte aquí no hubiera invierno. ¡Y así fue! Días soleados de veinti muchos, incluso 30 grados. Dejábamos atrás los guantes y el frío, y volvíamos a sacar el bikini y la toalla de playa. Además, también fuimos a un pueblo de mucha ascendencia alemana, donde todavía hay gente que habla alemán y por supuesto, no falta la tradición cervecera.

 

Praia do Rosa

Llegar a Playa do Rosa nos llevó prácticamente todo el día. A mitad de trayecto nos despedimos de Gonzalo, que seguía hasta Florianópolis, y para las 8 llegamos a un oscuro y poco transitado Praia do Rosa. Por suerte, encontramos a una argentina (estaba lleno de argentinos) que nos ayudó a localizar el sitio más barato que habíamos visto por booking y nos instalamos en un apartamento de lujo: 2 habitaciones, balcón, cocina, baño impecable, hamaca… De lujo.

Elegimos hacer nuestra primera parada en Praia do Rosa porque leímos que era una de las playas más bonitas de este litoral y porque muchas ballenas acuden allí a parir, por lo que se las puede ver muy cerca de orilla de la playa. Nosotros pudimos ver el lomo de una ballena que se asomaba de vez en cuando el primer día, pero no tuvimos mucha más suerte. Respecto a la belleza de la playa, principalmente reside en el frondoso cerro que lo separa del pueblo. En vez de tener enormes edificios detrás de la playa, casi lo único que se ve son árboles, verde y naturaleza. Estuvimos 2 días allí y fue una pena que corriera una brisa fresca que enfriaba demasiado el ambiente, porque sino habría sido todo perfecto.

 

Florianópolis

La ciudad de Florianópolis es una enorme urbe que abarca toda la Ilha Catarina y parte del continente, a la que se conecta a través de un puente (realmente 2, pero una está en restauración ahora mismo). El centro está situado alrededor de este puente de unión, a ambos lados, y repartidos por toda la isla se encuentran pequeños pueblos que realmente son barrios de la ciudad. Nosotros nos alojamos en el barrio de Canasvieiras, al norte de la isla, donde casualmente también se encontraba Gonzalo y contactamos con él para hacer un plan conjunto al día siguiente.

Atardecer en Canavieiras
El atardecer que tuvimos en Canavieiras nos gustó mucho por sus nubes

 

Al parecer, las playas más bonitas están al sur de la isla (aunque luego nos hablaron de otras también bonitas en el norte, como do Santinho) y allí nos fuimos de cabeza en el único día que íbamos a estar en la ciudad. Nuestra playa destino era Lagoinha de Leste, únicamente accesible a través de un camino por la montaña. El recorrido empieza en Pantanal do Sul, sube hasta el lomo de un pequeño cerro y vuelve a bajar por la otra vertiente donde se encuentra la playa. El recorrido es fácil de hacer, pero se camina por piedras y puede estar embarrado, por lo que hay que tener cuidado con los resbalones. Nosotros nos esperábamos más vistas en el paseo, pero exceptuando el mirador de la cima, que permite ver la playa de Pantanal do Sul, y la vista justo antes de llegar a Lagoinha de Leste, todo el camino se hace entre árboles. Lo que sí se puede hacer, es subir al «morro» desde la playa para tener una vista panorámica directa; pero nosotros preferimos pasear y tostarnos al sol aprovechando el maravilloso día que hacía.

 

Tras 2 horas de relax, volvimos por el mismo camino y nos dirigimos hacia Santo Antonio de Lisboa, otro de los barrios de la ciudad que se encuentra en el noroeste y que, junto con Riberao d’Ilha, mantiene la arquitectura de las Azores traída por los inmigrantes portugueses. Sin embargo, aunque pudimos ver una ballena desde el autobús (ya que también se encuentran es esta parte, sobre todo entre Campeche y Armaçao), el tráfico y los cambios de autobús hicieron que llegáramos para el atardecer, sin opción a visitar gran cosa. Coincidimos con una boda en la iglesia, un precioso atardecer y vimos el famoso puente de Florianópolis iluminado, pero ni rastro de la arquitectura azorina, aunque reconocemos que no la buscamos demasiado. En vez de eso, nos sentamos a tomar una cerveza tranquilamente con Gonzalo y picar algo. Lo típico del lugar eran las ostras, a 4€ la docena (¡baratísimo!), pero entre «a mi no me gustan», «no se si tengo hambre» y las prisas de la cocina por cerrar, nos decidimos demasiado tarde y no pudimos probarlas. ¡Otra vez será!

 

Blumenau

Llegamos a esta ciudad, donde se celebra el segundo mayor OktoberFest del mundo tras Munich, sobre las 14.30 del domingo. Calor aplastante, calles casi desiertas y la poca gente que veíamos nos miraba. De he hecho nos miraban mucho y todavía no sabemos porqué; las mochilas, la barba de Nico, la pinta de perdidos… No lo sabemos. Caminamos de aquí para allá en busca de un alojamiento barato, pero todo lo que encontrábamos eran hoteles guays, hasta que apareció uno más simple, ¡y listos! Dejar las cosas y nos fuimos a la Vila Germánica. Es una especie de centro comercial al aire libre con edificios de estilo alemán y varias cervecerías grandes. Después de dar una vuelta por el sitio, nos sentamos en la terraza de uno de ellos, estudiamos la carta de cervezas y empezó la fiesta. Probamos 5 cervezas artesanales en total, comimos un par de platos para picar y nos invitaron a una sopa. Un plan estupendo para un domingo a la tarde.

 

Al día siguiente ya nos íbamos a Curitiba, pero no sin antes visitar el centro. Dimos un paseo mañanero bajo un fuerte sol y recorrimos los puntos más interesantes: la catedral, el ayuntamiento, algunas casas que mantienen el estilo… La verdad que no es el pequeño pueblo con todo casitas alemanas que nosotros esperábamos, y muchas veces hay que indagar entre las que son construidas originalmente por los alemanes de la época y cuales han sido construidas por reclamo turístico en la actualidad, pero es un lugar curioso a visitar «para saborear cervezas» y desde luego si se puede coincidir con el OktoberFest, podría ser una experiencia inolvidable.

 

Datos de interés

Transporte
  • Trayecto Cambará do Sul – Praia do Rosa
    • Bus Cambará do Sul – Criciuma: R$36.5 (4 horas) Empresa São Marcos
    • Bus Criciuma – Imbituba: R$31 (3 horas) Empresa Santo Anjo
      • Otra opción es ir a Garopaba
    • Autobús urbano Imbituba – Praia do Rosa: R$3.75 (45min)
      • Desde Garopaba también hay autobuses urbanos a Praia do Rosa
  • Trayecto Praia do Rosa – Florianópolis
    • Autobús urbano Praia do Rosa – Araçatuba (el que va a Imbituba): R$3.75 (30min)
    • Bus Araçatuba – Florianópolis: R$18.5 (2 horas) Empresa Paulotur
      • Éste que cogimos nosotros salió de Garopaba, pero también salen de Imbituba
  • Urbanos en Florianópolis: R$3.1 (transbordos incluidos)
    • Se considera ciudad de Florianópolis tanto la parte de la ciudad en el continente como la parte en la isla, así como toda la isla en sí, considerando los «pueblos» de la isla, barrios
  • Bus Florianópolis – Blumenau: R$41 (3 horas) Empresa Catarinense
  • Bus Blumenau – Curitiba: R$44.82 (4h 30min) Empresa Catarinense
Alojamiento
  • Praia do Rosa: Laranja Lima (R$67 apartamento) – Excelente; apartamento de 2 habitaciones y cocina, baño perfecto, todo limpio, balcón, hamaca, buen precio y cerca de la playa, aunque hay que cruzar el cerro.
  • Florianópolis (Canasvieiras): Apart Dom Fish (R$45 habitación con baño privado y desayuno) – Muy recomendable; desayuno espectacular y la habitación muy bien con nevera, microondas y fregadero, aunque wifi inexistente en nuestro piso.
  • Blumenau: Hotel City (R$100 habitación con baño compartido y desayuno)
Recomendaciones y sugerencias
  • Disfrutar del sunset en Praia do Santinho, en la isla de Santa Catarina.
  • Comer ostras en Santo Antonio a un precio muy asequible.
  • Acampar en Lagoinha de Leste y disfrutar de surf, pesca o simplemente la tranquilidad de este hermoso lugar.
  • Degustar infinidad de cervezas en Bier Vila, situado en la Vila Germánica de Blumenau.

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