Koh Mook, nuestra primera isla tailandesa (días 75-77)
El trayecto hasta Koh Mook desde Penang resultó bastante fácil a pesar de cambiar varias veces de transporte y cruzar la frontera a Tailandia. Decidimos no coger la furgoneta de las 5 de la mañana en Penang, pensando que tendríamos tiempo, pero luego nos vimos apurados sin saber si podríamos llegar hasta la isla en el mismo día. Al final tuvimos suerte y llegamos a tiempo a Trang para coger el último barco del día (que no fuera privado, claro). Además, el cruce de frontera a Tailandia fue muy fácil, ya que al no necesitar visado, sólo hizo falta que nos sellaran el pasaporte con el permiso de 15 días por cruce terrestre. Una vez en la isla, una moto con unos hierros acoplados a modo de sidecar, nos llevó desde el puerto en busca de alojamiento hacia la otra playa, Had Farang, donde queríamos quedarnos.
Acertamos con el lugar en el segundo intento, ya que el primero estaba lleno, y tras instalarnos fuimos a hacer el chequeo de la playa al atardecer. Desde ésta, se puede ver la isla Koh Kradan (uno de los objetivos de los días siguientes) y la roca que esconde la cueva Emerald (el otro objetivo). Todos los días que permanecimos en la isla disfrutamos de preciosos atardeceres desde la playa, con un sol anaranjado que se esconde en el horizonte dejando un cielo rojo increíble.
El primer día madrugamos un poco para alquilar un kayak y ponernos rumbo a la cueva Emerald antes de que llegara la marea de turistas. La entrada a esta cueva se hace a través del mar y queda cerrada en marea alta. Desde la boca, se coge el túnel de la izquierda y en menos de 2 minutos se sale por el otro lado del túnel, donde espera en un agujero de la roca una playa y una zona verde de árboles y vegetación bajo el cielo azul. Nosotros tardamos unos 30 minutos en llegar a la cueva, la cruzamos con algún que otro ataque de pánico y disfrutamos de este rincón escondido a solas con una pareja de chinos y dos chicas inglesas. Hay que llevar linterna porque hay una parte del túnel donde la luz de los dos extremos se pierde y no se ve absolutamente nada. Nosotros la llevábamos, pero al parecer no tenía suficiente potencia como para iluminar nuestro alrededor, por lo que yo me veía entrando en un túnel sin luz, sin saber su profundidad, ni sus formas, ni na’ y empujada por la corriente sin demasiado control del kayak. Por suerte, Nico mantuvo la calma y enseguida empezó a asomar la luz desde el otro extremo, y aunque chocamos con varias paredes, llegamos sanos y salvos a la playa. Disfrutamos de este lugar mágico y que emana una sensación de secretismo los 6 solos durante unos 20 minutos, cuando se empezaron a oír gritos y voces desde el túnel. Llegaban los primeros barcos de turistas, que se quedan amarrados en la entrada de la cueva y sus pasajeros saltan al agua para cruzar al otro lado a nado. Decidimos que podíamos marcharnos junto con la calma y la tranquilidad, y esta vez, siguiendo a la pareja de chinos, que llevaba una linterna más potente, salimos mucho mejor de la cueva.
Ya habíamos hecho la mañana, ahora tocaba aprovechar la tarde para completar el día. Decidimos acercarnos paseando al otro lado de la isla, donde nos había dejado el barco, recorriendo las casas y pequeños comercios que se encuentran en el camino. Una vez más, nos llamó la atención la cantidad de basura que se encuentra alrededor de las casas. También vimos que dependiendo de la marea, algunas partes del centro de la isla se inundan, aunque no conseguimos descifrar por donde llegaba el agua. Por lo demás, Koh Mook es una isla muy tranquila y su pueblo de pescadores no tiene mucho que ofrecer. Paseamos por el borde de algunas palmeras, donde la marea se había comido la playa y regresamos otra vez a nuestro lado de la isla.
Al día siguiente amanecimos con intención de descubrir Koh Kradan. Esta isla es conocida por su arena blanca, agua cristalina y buen snorkel, pero también por sus precios algo elevados de alojamiento y comida. Por eso, nos pareció mucha mejor idea alojarnos en Koh Mook y hacer una excursión de día a este paraíso. Nos plantamos en la playa y ya algo no pintaba bien: no había ni un sólo barco en el agua. Nosotros queríamos hablar directamente con el barquero y negociar precios, pero si no había nadie… Nos acercamos a un chiringuito de playa que ofrece estos servicios y confirmaron nuestros temores: debido al ajetreado mar, no estaba saliendo ningún barco a Koh Kradan. Y así, se nos estropeo el plan del día y la ocasión de hacer snorkel en esta isla nueva. Aprovechamos para organizar algunas partes del viaje y trabajar en el blog en la medida en que lo permitía la wifi del alojamiento, que de vez en cuando también toca hacer estas cosas. 😜
Información práctica
Visados
- Tailandia
- No se necesita visado para entrar.
- Dan 15 días gratis si se entra al país por tierra y 30 días si es por aire.
Transporte
- Penang – Koh Mook
- Furgoneta Penang – Hat Yai: 35MYR – Contratado en nuestro hostal de Penang
- Minivan Hat Yai – Trang: 200 THB
- Minivan + «longtail boat» Trang – Koh Mook (incluye moto hasta el alojamiento): 350 THB – A través de una agencia cerca de la estación de tren
- En temporada alta, creemos que hay 3 barcos (9h, 12.30h y 16h), además del público que sale a las 13h. Pero en temporada baja sólo quedan los barcos del mediodía, por lo que es mejor llegar lo antes posible, para no perder el día en Trang (hay que tener en cuenta que se tarda una hora de Trang al embarcadero).
- Trayectos en moto de un lado al otro de Koh Mook: 50 THB
Alojamiento
- Hadfarang Guest House: 400 THB habitación doble con baño compartido y wifi
Actividades
- Alquiler de kayak: 100 THB/h
- Barco a Koh Kradan ida y vuelta y 5h de espera: 1200 THB (no lo hicimos)
Recomendaciones y sugerencias
- Si la marea permite ir a la Emerald Cave pronto por la mañana, merece la pena madrugar para evitar el gentío que llegan en los barcos de turistas. Además, creemos que a partir de las 9h30 más o menos cobran una «Tasa de Parque Nacional».
- Recomendamos pasar un par de noches en Koh Mook a los que estén interesados en visitar Koh Kradan o Koh Ngai (que aunque no los pudimos ver con nuestros propios ojos, la gente habla muy bien de ellos) sin pagar los altos precios de alojamiento de estas islas.
- El Pad Thai de nuestro hostal está muy bueno.