Chiang Mai y Chiang Rai son las ciudades más conocidas del norte de Tailandia. Turísticamente están muy bien preparadas, con muchos alojamientos, restaurantes de todo tipo y gastronomías diferentes y muchas actividades para hacer, aparte de la visita de templos habitual en Tailandia. Además, los alrededores montañosos también ofrecen trekkings por la selva o visitas a aldeas de algunas tribus que viven allí. Nosotros no hicimos ninguna de éstas excursiones, pero queremos informar sobre una de estas actividades en concreto; la visita a la tribu Kayan, las «mujeres jirafa». Como ya os contamos nuestra experiencia en el Lago Inle con respecto a la explotación turística de estas mujeres, su situación en la vecina Tailandia es peor aún, si cabe. Estas mujeres, llegaron como refugiadas birmanas al país, huyendo de la dictadura militar y se refugiaron en estas montañas tailandesas. Aunque las nuevas generaciones deberían ser consideradas tailandesas, no lo son, y por lo tanto no reciben ningún tipo de ayuda del gobierno, salvo que decidan aceptar las condiciones de ser utilizadas turísticamente, lo que implica que deben llevar los aros en el cuello y no salir de sus casas para que ningún turista pueda verlas sin el pago correspondiente. Y es que como muchas otras tradiciones en todo el mundo que no son buenas para la salud, muchas jóvenes les gustaría no seguir con esta tradición, pero se ven obligadas a hacerlo por la dependencia que tienen de esta ayuda. Por este motivo nosotros decidimos no visitarlas, pero es aquí donde entra en juego otro dilema: ¿que pasa si todos los turistas dejan de ir y por lo tanto acaba el negocio que se ha convertido en su motor económico?
Chiang Mai
Al llegar a Chiang Mai con Mr. Suchart aprovechamos el hecho de tener coche para subir a Doi Suthep, una pequeña colina cerca del pueblo desde donde se tienen buenas vistas y donde se encuentra el templo Wat Phrathat Doi Suthep. La verdad que con el día nublado que hacía las vistas resultaron algo tristes y el templo tampoco nos ofreció nada nuevo, así que no nos entretuvimos demasiado y fuimos a instalarnos a la ciudad. Antes de despedirnos de Mr Suchart, nos dio las últimas indicaciones sobre el Sunday Walking Street Market, al parecer mucho mejor que el mercado nocturno que se realiza diariamente. Y como sus recomendaciones no habían fallado hasta entonces, le hicimos caso y recorrimos muchos de los puestos del mercado en la calle Ratchadamnoen, comprando souvenirs y regalitos y deleitándonos con la comida callejera.
El día que pasamos en Chiang Mai lo dedicamos a recorrer sus calles, visitar algunos de los templos y hacernos unas sesiones de belleza y salud: spa de peces que te muerden los pies y masajes tailandeses varios. ¡Que no se diga que los padres no nos cuidan ni se cuidan ellos! Aunque algunos de los templos fueron simplemente uno más, hubo algún otro bastante curioso. El templo Wat Phra Singh, que por dentro no tiene gran cosa, es un complejo con una gran pagoda dorada con elefantes dorados también. El templo Wat Chedi Luang, es una enorme pagoda tipo pirámide diferente a las que habíamos visto en la ciudad, por ser de ladrillo y bonita sobre todo en el lado donde sobresalen los elefantes. Además tiene preciosos templos pequeños a su alrededor llenos detalles y un templo más grande donde vimos a un montón de monjes rezar. De todas maneras, habíamos oído a muchos viajeros decir que Chiang Mai les había gustado mucho, especialmente por su ambiente, y a nosotros precisamente fue ambiente lo que nos faltó. No sabemos si es que no movimos por zonas equivocadas, pero nos llamó la atención lo vacías que estaban las calles.
Y el plato fuerte quedó para el último día: la visita al Elephant Nature Park. En este parque recogen elefantes heridos por minas anti-persona, ciegos, aquellos que ya son viejos o están enfermos y ya no les sirven a sus dueños para shows o excursiones llevando personas… Cuidan de ellos y de otro montón de animales que también acogen (perros, gatos, búfalos, cabras, caballos…) y ofrecen al turista la oportunidad de darles de comer, tocarlos o bañarlos. La excursión duró prácticamente todo el día y la experiencia nos gustó mucho. Conocimos varios elefantes (sus nombres, edad, sus historias…), tocamos su piel áspera y con duros pelos, recorrimos parte del recinto y las instalaciones… Una nueva experiencia con la que además, se colabora económicamente en el funcionamiento y mantenimiento de este lugar.
Chiang Rai
La pequeña decepción de Chiang Mai lo arregló Chiang Rai. Esta otra ciudad, nos sorprendió con pequeños bares, cafeterías y restaurantes de muy diversos estilos: una cafetería/pastelería llena de gatos, un bar con muchos libros, un restaurante de carnes y hamburguesas al más puro estilo americano… Aunque una vez más, faltaba algo de ambiente en las calles. Pero tampoco estuvimos mucho aquí; una tarde tranquila de paseo para ver la Torre del Reloj y una mañana de turismo para ver Baan Dum (la Casa Negra) y Wat Rong Khun (el Templo Blanco), de visita obligada. Ambos sitios están a las afueras de la ciudad, así que nos cogimos un taxi que nos llevó de un sitio a otro y nos esperó amablemente. El Templo Blanco cumplió ampliamente con las expectativas; un templo moderno, lleno de detalles y un poco sobrecargado, rodeado de jardines verdes y delicados puentes que parece estar sacado de un cuento de princesas. ¡Nos encantó! Y tras haber visto esta maravilla, la Casa Negra nos gustó menos. De estilo totalmente diferente, que se podría considerar hasta un poco tenebroso, esta casa-museo es parte de un espacio boscoso lleno de pequeños edificios de diferentes estilos, decorados con animales disecados, cornamentas varias y otros objetos de este estilo.
En estos último días comimos especialmente bien; encontramos un restaurante en cada ciudad con comida occidental y la verdad que nos pusimos las botas, ¡con postres incluidos! Pero sin darnos cuenta nos llegó el momento de despedirnos de los padres de Nico. Nuestra ruta seguía desde aquí hacia Laos, por lo que Nico acompañó a sus padres a Bangkok, donde pasaron la noche y al día siguiente unos regresaron a casa y Nico volvió a Chiang Rai para que siguiéramos comiéndonos el mundo.
Información práctica
** Comentaros que estos días los pasamos con los padres de Nico, por lo que no son precisamente precios mochileros, sino algo más acomodados **
Transporte
- Taxi centro de Chiang Mai – estación de autobuses: 150THB
- Autobús Chiang Mai – Chiang Rai: (3.30h) Empresa Greenbus/ticket comprado en agencia de la ciudad
- Taxi para visitar el Templo Blanco y la Casa Negra: 10THB/km (durante la visita nos estuvo esperando y en total pagamos 490THB)
Alojamiento
- Chiang Mai
- Nine House: 650THB habitación doble con baño privado, aire acondicionado, wifi, nevera con 2 botellas de agua y buen desayuno
- Chiang Rai
- Baansiri Chiangrai: 500THB habitación doble con baño privado, aire acondicionado, wifi, nevera con 2 botellas de agua y café disponible
- Bangkok (cerca del aeropuerto)
- Dwella Suvarnabhumi: 1000THB habitación triple con baño privado, aire acondicionado, wifi, nevera con 3 botellas de agua y piscina
- La habitación resultó ser muy pequeña para 3 camas
- Dwella Suvarnabhumi: 1000THB habitación triple con baño privado, aire acondicionado, wifi, nevera con 3 botellas de agua y piscina
Actividades
- Chiang Mai
- Wat Phrathat Doi Suthep (en el monte Doi Suthep): 30THB
- Wat Phra Singh: 20THB
- Masaje tailandés: 200THB/h
- Elephant Nature Park: 2500THB
Recomendaciones y sugerencias
- Colaborar con el proyecto de rehabilitación de elefantes del Elephant Nature Park. Es caro, pero todo sea por disfrutar de una agradable experiencia mientras se salvan a estos animales tras ser maltratados por los humanos.
- El Sunday walking market es el gran momento para hacer compra de los souvenirs que falten y la mejor opción para disfrutar de la tarde-noche.
- Recomendamos ir al Templo Blanco antes de las 10, que es cuando empezaron a llegar los turistas.
- El restaurante The Old City Inn en Chiang Mai ofrece una relación calidad-precio muy buena. Especial mención al Cordon Bleu, al pato con mermelada y al exquisito pudding de chocolate. ¡Para no perdérselo!
- Si estás en falta de una buena hamburguesa contundente, no dudes en pasarte por el Hungry Wolfs de Chiang Rai.
- No os podéis ir sin probar un helado o batido del Swensen’s. ¡Están riquísimos! Nosotros lo probamos en Chiang Rai, pero están en todos lados.
Path companions: immerse us in the Sacred Valley of the incas to hiking on a glacier – Traveler
[…] but in this case at the other end of the world because in his blog eating the world lead us to Chiang Rai and Chiang Mai, the best-known cities of the North of Thailand. There are street markets, spectacular temples, […]
Compañeros de ruta: de sumergirnos en el Valle Sagrado de los incas a hacer trekking en un glaciar | Para Entretener
[…] pero en este caso al otro extremo del mundo pues en su blog Comiéndonos el mundo nos llevan a Chiang Mai y Chiang Rai, las ciudades más conocidas del norte de Tailandia. Allí nos esperan templos espectaculares, […]