Un poquito de Bali (días 257-259)

publicado en: Indonesia | 0

Tan pronto desembarcamos en Bali, nos siguieron los buscavidas ofreciéndonos buses a precios abusivos. Además de la habitual pesadez, se comportaban agresivamente dificultando cualquier tipo de mediación con los conductores de buses. Así que decidimos pasar de la mafia e intentar hacer dedo. Bajo un chaparrón, amablemente Olivier, Maia y Raimond se pararon para ofrecernos un viaje a Lovina, donde se dirigían ellos. Nuestra idea era ir a Ubud, pero nos montamos sin dudarlo y una vez lejos del follón ya veríamos que hacer. Nuestros nuevos amigos nos contaron que tenían entre ceja y ceja parar para comer Babi Guling; cerdo deshilachado cocido en salsa de coco y jengibre típico de Bali. Tal era su fijación que se confundieron de ruta. Rectificamos sobre la marcha y después de llenar el estómago, nos dejaron en un lugar donde nuestros caminos diferían. A partir de aquí improvisamos sobre la marcha, lidiando con más timadores, y después de un autobús tuvimos que coger un taxi; todo fuera por llegar de una vez por todas a Ubud.

Habíamos decidido establecer esta ciudad como base para movernos por toda la isla. Nos quedaríamos 3 noches y encontramos un alojamiento de lujo donde descansar después del ajetreo de los volcanes de Java. Y decimos “de lujo” porque nos ofrecían desayuno en la terraza de nuestro bungalow triple e incluso ¡tenía piscina! No podíamos desaprovechar estas comodidades, así que la mañana siguiente la dedicamos a “disfrutar”. Desayunar tranquilamente, pegarnos un chapuzón en la piscina… ¡hasta que el dueño nos dijo que con la rebaja de precio que nos había hecho la piscina no estaba incluida! ¡Demasiado tarde!

La hinduista Bali ofrece cultura, buenas olas, fiesta y una oferta turística relación calidad/precio excepcional. Ello, ha permitido situarla en uno de los destinos más populares del mundo. Ubud está lleno de resorts (algunos asequibles y otros de lujo), todo tipo de restaurantes y muchísimos comercios donde venden desde souvenirs hasta ropa de marca. Como en casi cada rincón de Bali además, aquí también se encuentran multitud de templos y construcciones honorando a deidades hindúes. Tal es así, que las ofrendas balinesas se pueden encontrar por todos lados.

Los arrozales también son una estampa clásica de Ubud, aunque nosotros vimos menos de los que creíamos que veríamos. Lo que sí llamó nuestra atención fue lo rápido que pasamos de la ciudad a estar rodeados de hierba y palmeras. Recorrimos Campuhan Ridge Walk con otro montón de gente más en un paseo tranquilo y que consigue que te olvides del ajetreo de la ciudad. Al final del camino encontramos algunos arrozales; pero como las comparaciones son odiosas, nada tenían que ver con  las de Guilin o Sapa.

Campuhan Ridge Walk
El transitado y verde Campuhan Ridge Walk

Otra de las actividades más populares de este turístico pueblo son los espectáculos nocturnos. Cada día de la semana en un montón de lugares diferentes se escenifican las diferentes danzas de Bali, representaciones teatrales o conciertos de música. Yo no quise perder la ocasión (Nico sí) y aproveché para disfrutar de una actuación de Legong. Es una danza donde los ojos y los dedos de las manos cobran especial importancia. La música resulta bastante repetitiva, pero los coloridos trajes, el maquillaje exagerado y las increíbles expresiones faciales de los bailarines me hipnotizaron por completo. ¡Salí encantada del show! Podéis ver más videos en nuestro canal de Youtube.

 

El segundo día decidimos alquilar una moto y visitar algunos de los lugares más famosos de Bali. La primera parada fue el templo Pura Ulun Danu Bratan. Se trata de uno de los más emblemáticos del país; tanto, que incluso aparece en el billete de 50.000 rupias. Conseguimos colarnos al arrimo de un gran grupo de holandeses jubilados (todavía no nos explicamos como pasó) y nos fuimos directos al punto más famoso. En el lago Beratan, formado en el crater de un antiguo volcán, dos plataformas, conectadas entre ellas pero sin unión con el resto del recinto, albergan dos elegantes torres. Están rodeadas de cuidados jardines y transmiten una sensación de paz increíble. El cielo no acompañaba mucho, ya que amenazaba lluvia, pero nos respetó el tiempo que estuvimos paseando por el complejo. Un gran jardín y una zona de templos cerrada, muchísimos turistas y unos pocos monjes. Finalizamos la visita y volvimos a coger la moto deseando que no nos cayera un chaparrón encima.

Pura Ulun Danu Bratan
El famoso templo Pura Ulun Danu Bratan

Arrancamos sin tener rumbo fijo. Queríamos ver arrozales pero no queríamos pagar por ver las más famosas, las terrazas de arroz de Jatiluwih, patrimonio de la UNESCO. En nuestro querido Maps.Me encontramos una zona donde ponía “Terrazas de Arroz” y decidimos acercarnos allí. En el camino cruzamos un puerto con cuestas empinadas y curvas cerradas desde donde pudimos ver los lagos Danau Buyan y Danau Tamblingan. Una vez al otro lado, dudamos varias veces si meternos por la montaña o no. Había empezado a chispear, no queríamos volver a cruzar el puerto y el camino por el otro lado parecía eterno. Amagamos para un lado, después para el otro y al final nos metimos de pleno en la montaña, en busca de aventura. El camino era a ratos malo y a ratos peor. El paisaje no era el que esperábamos pero pudimos ver unos cuantos arrozales. Sin embargo, el GPS del movil se había vuelto loco y seguir avanzando se hacía cada vez más complicado. La comunicación con los locales no era fácil pero de una manera u otra, y después de probar varios caminos equivocados, conseguimos ponernos en la dirección correcta. Y justo entonces, ¡empezó el gran diluvio! Unos campesinos nos dieron cobijo amablemente mientras esperábamos a que amainara y calados de arriba-abajo volvimos al camino principal. No conseguimos ver unos arrozales espectaculares, pero desde luego el objetivo de la aventura lo logramos con creces. Nos encantó perdernos con la moto por aquí y por allá, el contacto directo y real con los locales y vivir su generosidad y simpatía de primera mano. Regresamos directos a Ubud, donde llegamos ya secos, y volvimos a disfrutar de la tranquilidad de nuestro hostal.

 

¡Que pena nos dio dejar aquel paraíso al día siguiente! Pero la ruta tenía que seguir; Lombok nos estaba esperando y también teníamos ganas de conocerlo. Quisimos contratar el mismo día un bus que nos llevara directo hasta Mataram, pero para ese día ya estaba todo agotado. Así que una vez más, nos pusimos en marcha para una nueva odisea de furgonetas, con sus respectivos regateos, y el ferry. Pero ya estábamos acostumbrados, fue como un día más en el paraíso ;P

 

Información práctica

Transporte
  • Trayecto Banyuwangi – Ubud (Bali)
    • Bemo #1 centro Banyuwangi – terminal: Rp.5000
    • Bemo #6 terminal – puerto: Rp.5000
    • Ferry Ketapang – Gilimanuk: Rp.6000
    • Opción habitual
      • Autobús Gilimanuk – Denpasar: nos pedían entre Rp.50.000 y Rp.70.000, pero debe ser Rp.30.000 los locales y entre Rp.40.000 – Rp.50.000 los de A/C (en el puerto todo es una mafia y es muy difícil regatear)
      • Autobús Denpasar – Ubud: Sale de una estación diferente a la que se llega. Mucha gente opta por el taxi que puede salir a Rp.200000 para 4 personas
    • Nuestra manera
      • Nos alejamos del puerto de Gilimanuk caminando e hicimos dedo. Nos llevaron hasta Suraberata.
      • Autobús Suraberata – Mengwi (dirección Denpasar): Rp.25000 (2h)
      • Taxi Mengwi – Ubud: Rp.100000
        • Era de noche y aunque nos dijeron que no había bemos, vimos a gente esperando para ir a Ubud; pero había una mafia entre los taxistas y los locales dejaron d hablar con nosotros, así que al final cogimos el taxi.
  • Alquiler de moto: Rp.40000 de 10h a 18h
    • Casi todos nos la ofrecían a Rp.50000 menos este hombre que encontramos en la calle Monkey Forest.
    • Ofrece un seguro de la moto por Rp.20000 que nosotros no cogimos.
  • Trayecto Ubud – Mataram (Lombok)
    • Bemo azul Ubud – Gianyar: Rp.5000 (25min)
    • Bemo marrón Gianyar – Klunkung (Semarapura): Rp.5000 (30min)
    • Bemo blanco Klunkung – Padangbai: Rp.10000 (40min)
    • Ferry Padangbai – Lemur: Rp.40000 (4h)
      • El nuestro salió a las 12h y teóricamente sale cada 2 horas.
    • Bemo Lemur – Mataram: Rp.22500 (30min)
      • Después supimos que el precio de los locales es Rp.15000.
Alojamiento
  • Suarsena Bungalows: Rp.150000 bungalow triple con baño privado de agua calientr, wifi, desayuno y piscina (aunque en teoría no podíamos usarla). Recomendable
Actividades
  • Espectáculo Legong of Mahabrata: Rp.100000
  • Parking de motos del templo Pura Ulun Danu Bratan: Rp.2000
  • Entrada al templo Pura Ulun Danu Bratan: Rp.50000
    • Nos unimos a un enorme grupo de holandeses rubios y de bastante más edad que nosotros, pero al parecer nos camuflamos bien y entramos con ellos sin pagar la entrada.
Recomendaciones y sugerencias
  • Aunque sea turístico, no hay que dejar de ir alguno de los espectáculos de baile.
  • Si entra el gusanillo, el Bread Life sirve unas pastas bien ricas. Había una que sabía igual que el bollicao. ¡Para chuparse los dedos!
  • El Babi Guling, es un plato típico de Bali, que viene a ser cerdo deshilachado cocido en salsa de coco y jengibre que hay que probar antes de irse de la isla.
  • Alquila una moto y sal del bullicio. Disfrutarás de la Bali más auténtica.
  • Lleva siempre encima el carnet internacional de conducir si quieres ahorrarte las multas y el soborno a los policías.

Share

Dejar una opinión