Mongolia
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Cruzando a Mongolia por el oeste (días 196-199)

Tras una noche dormitando como pudimos en nuestros asientos del tren camino de Mongolia, llegamos a Urumqi. Habíamos decidido cruzar a Mongolia por la frontera del oeste en vez de pasar por la que viene de Pekín, mucho más conocida. A nosotros nos quedaba más cerca de donde estábamos y sobretodo nos ahorraría tiempo para llegar a nuestro principal destino en Mongolia, la provincia de UVS. La idea era parar en Urumqi lo menos posible para seguir nuestro camino hacia el nuevo país. Para llegar de aquí al paso fronterizo de Bulgan, hay que coger un bus a Qingue. Después se coge otro bus a Tarkshken y de aquí, hay que acercarse en taxi o a dedo hasta la frontera. Al final resultó que el autobús a Qingue que mejor nos venía era el nocturno, por lo que pasamos el día en Urumqi.

Esta ciudad situada en el oeste chino nos sorprendió por dos motivos. El primero, que estaba fuertemente militarizada; suponemos que por los atentados y revueltas que sacudieron la zona hace ya unos años. El segundo, su fuerte presencia kazaja, que ofrece otra variedad gastronómica respecto a la china. Por eso, aprovechamos para degustar algunos de sus panes antes de darnos un día de caprichos. Nos acercamos a un parque a observar como los ancianos estiraban sus articulaciones a base de taichí y bailes. Esperamos a que abrieran un centro comercial de lujo, donde después de mucho, nos tomamos un capuccino; eso sí, a 3 euros. Y finalmente, en búsqueda de buen wifi, acabamos en un Burger King. Nos pusimos las botas, pero también nos cundió el tiempo trabajando un poco en este maravilloso blog.

Urumqi
Nuestro día en Urumqi se resume en panes, capuccino, Burger King y kazajos

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De camino a la frontera no hubo incidentes, y a media mañana estábamos cambiando de país. Aquí conocimos a unos israelís con los que nos pusimos rumbo a Khovd, capital de la provincia. Nos embarcamos en una furgoneta que nos acercó a Bulgan, el primer pueblo, donde disfrutamos de la hospitalidad mongola por primera vez. Nos ofrecieron pan y queso para matar el hambre y poder proseguir hasta Khovd. El queso sobre todo nos encantó. Era de cabra, y además del normal, tenían una versión con frambuesas y otro ¡con Coca Cola!

Queso de cabra
Hospitalidad mongola: té con leche, unos panecitos y queso de cabra de sabores

 

Ya en la ruta, el paisaje era tal y como nos lo esperábamos: grandes extensiones de prados y montañas sin nada alrededor más que ganado y algunas yurtas. Contrariamente, la carretera estaba asfaltada y al llegar a la capital de provincia, nos encontramos con un pueblo bastante occidentalizado con wifi en todos los hoteles, cajeros y supermercados por todos lados. Así que, al fin y al cabo, parecía que el país se había desarrollado en los últimos años.

Mongolia
Paisajes de Mongolia
Mongolia
Animales y paisajes de Mongolia

 

En Khovd nos aclimatamos un poco al país, a sus intensas miradas y a su comida a base de carne de cordero y leche de cabra. Además, aproveché para quitarme algo de peso en la cabeza y la cara. Durante nuestra corta estancia, conocimos una americana que estaba de voluntariado y con la que exploramos la zona del río. Ahí vimos las primeras pinceladas de su tradición nómada. Muchos de ellos, en verano montan el ger (la casa tradicional mongola) a las orillas del río y cambian su residencia en el pueblo por ésta. Así pueden refrescarse cuando les convenga.

Khovd
Nos pareció que la ciudad de Khovd tiene un marcado toque ruso y comunista
Ger
En verano instalan sus ger junto al río y es fácil ver niños jugando, animales pastando o una piel de cordero que han dejado tirada

 

Abandonamos Khovd destino Ulaangom, donde Amai, el chico mongol que conocimos en Nicaragua, iba a ser nuestro anfitrión de la cultura nómada. El trayecto lo compartimos con Ebei, un amigo de Amai que pasaría algunos días con nosotros. El viaje reunió todo aquello que había imaginado antes de entrar al país. Salida con retraso, carretera inexistente, vehículo a petar de gente y muy incómodo, avería en medio de la nada y, por suerte, paisajes sorprendentes. Todo ello, suposo un retraso de 6 horas y es que en Mongolia no debes confiar en llegar a tiempo a ningún sitio. Pero ello, es parte de lo que hace el viaje inolvidable, ¡así que hay que disfrutarlo de esa forma!

 

Información práctica

Visado
  • La entrada en Mongolia fue muy fácil y no tuvimos ningún problema. Cómo nos habíamos sacado el visado mongol en Vientian (Laos), no tuvimos que hacer nada en particular.
Transporte
  • Trayecto Dunhuang – frontera con Mongolia – Khovd (parte dos)
    • Autobús local en Urumqi: 1¥
      • De la estación de trenes del sur a la estación de autobuses Nianzigou: #906
    • Autobús sleeper Urumqi (estación Nianzigou) – Qinghe: 150¥ (13h)
      • Tardamos tanto porque el autobús paró en la carretera a dormir unas horas, lo que no nos había pasado nunca en ningún autobús nocturno.
      • A nosotros nos ofrecieron autobuses a las 12h y las 20.20h, pero una pareja que conocimos después había cogido un autobús a las 11h (no sabemos de que estación) y tardaron 8 horas.
    • Autobús Qinghe – Takashikesh: 22¥ (2h)
      • Sale a las 10h y las 16h.
    • Transporte Takashikesh – frontera: 30¥ en total por cuatro personas
      • No había nadie donde nos dejó en autobús y fuimos buscando coches o taxis a medida que nos acercábamos a la carretera principal.
    • Transporte frontera – Khovd: 30000 tugrik/pers siendo 4 personas
  • Furgoneta Khovd – Ulaangom: 20000 tugrik (6-7 horas si todo va bien)
    • Teóricamente sale a las 15h desde el mercado
Alojamiento
  • Khovd
    • Tsambagarav hotel: 35000 tugrik habitación con baño privado, agua caliente y wifi
  • Ulaangom
    • Grand Hotel: Habitaciones nuevas con todas las comodidades. No pagamos por ir con nuestro amigo, pero creemos que serán alrededor de los 60000 tugrik
Recomendaciones y sugerencias
  • Ni en la frontera ni en el banco principal de Bulgan quisieron cambiarnos yuanes por tugriks. Tuvimos que ir a un segundo banco, donde también había cajero.
  • Llevad siempre agua y comida al coger transporte público porque nunca se sabe cuanto se puede demorar.

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