Buceando en Komodo (días 264-269)

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Estábamos ya frente al Parque Nacional de Komodo, una de las 7 Maravillas Naturales del Mundo junto al Amazonas, las Islas Jeju (Korea del Sur), las Cataratas de Iguazú (Argentina y Brasil), la Table Mountain (Sudáfrica), la Bahía de Halong (Vietnam) y el río sumergido de Puerto Princesa. Nos instalamos en el pueblo de Labuan Bajo, isla de Flores. Para ir a lo seguro, habíamos reservado el paquete de buceo para el día siguiente, por si había algún retraso en nuestro largo recorrido desde Lombok. Encontramos un hostal-cuchitril para pasar la noche y recorrimos la única calle del pueblo. Las escuelas de buceo se agolpan una al lado de la otra, los alojamientos son algo más caros que el resto de Indonesia y hay mucha oferta gastronómica; desde restaurantes chulis a carritos ambulantes o el mercado. No tendríamos más que decir del pueblo, si no fuera por un incidente. Y es que por la noche, alguien entró en nuestra habitación compartida y se llevó el movil de Nico. Él se despertó justo para ver a alguien que salía corriendo, pero tardó en reaccionar y comprobar que faltaba su móvil. Fue una pena, y aunque hicimos algún vago intento de recuperarlo, todo resultó ser en vano. Por suerte, estábamos tan emocionados con bucear en Komodo, que Nico superó rápido el disgusto.

Móvil
Quisimos convencerlos de que el móvil era inútil en Indonesia, aunque era mentira claro; además, no estábamos dispuestos a pagar mucho, jajaja

 

Y por fin llegó el día. Habíamos dudado bastante en qué escuela contratar, pero al final nos decidimos por Scuba Junkies Komodo, donde entramos casi de milagro, porque estaban a tope. El paquete eran 5 días y 4 noches en su resort cercano al parque y al que se accedía únicamente en barco. Todas las comidas y el equipo estaban incluidos y haríamos 3 inmersiones al día los 3 días de en medio. Reconocemos que durante esos días abandonamos un poco la vida mochilera, ¡pero mereció tanto la pena! El resort era muy nuevo y estaba montado con mucho gusto y encanto. El lugar era un paraíso donde cada atardecer superaba al anterior; nuestro bale balinés (una pequeña cabaña) era de lo más cuqui; la gente era majísima y la comida estaba deliciosa.

 

El día que llegamos hicimos una pequeña inmersión frente al resort. Nos advirtieron que lo que veríamos no tendría nada que ver con lo que veríamos los próximos días. Que no nos decepcionáramos. Y efectivamente fue un buceo bastante malo, pero nos vino muy bien para refrescar nuestras habilidades. Y por fin llegaron los 3 días de buceo a tope; contentísimos de madrugar con el sol y volver cansados, emocionados y super excitados entorno a la puesta de sol.

Sol
El sol ya se estaba ocultando cuando salimos de la inmersión que hicimos frente al resort

 

Todos los sitios donde hemos estado buceando tienen sus “puntos de buceo” estrella. Komodo no sólo no podía ser menos, sino que tiene muchísimos. Por un lado está el “Manta Point”, donde las mantas son las reinas del lugar; “Batu Bolong” y “Castle Rock” donde hay mucha vida marina; “Tatawa Besar” y “Tatawa Kecil” con facilidad de ver bancos de diferentes peces y un coral alucinante; “The Cauldron”, donde se puede jugar con la fuerza de las corrientes; “Crystal Rock” donde es posible ver seres minúsculos increíbles; y muchos más. A nuestra llegada nos aseguraron que iríamos a la mayoría de estos famosos puntos, por lo que no nos preocupamos. Sin embargo, nuestro paso por Komodo coincidió con la luna llena y eso provocó que las corrientes anduvieran algo más ajetreadas de lo normal. Y es que este punto atrae mucha fauna marina por estar entre el mar de Flores y el océano Índico; pero también sufre fuertes corrientes marinas que a veces complican el buceo. Pudimos ver grandes remolinos en la superficie del mar desde el barco y los planes se fueron modificando sobre la marcha, con lo que nos quedaron algunos puntos sin visitar.

 

De todas maneras, lo que vimos nos pareció ya espectacular. El primer día fue el mejor, lo cual nos produjo un gran subidón. Vimos unas 20 mantas volando a nuestro alrededor; bichos enormes que se mueven de forma extremadamente elegante. Desde luego ha sido la mejor experiencia que hemos vivido bajo el mar y es que verlos desde tan cerca fue impresionante. También buceamos alrededor de un coral abundante y colorido, lleno de peces de todos los tamaños. Y para finalizar el día, probamos suerte con las corrientes en The Cauldron. La aventura no salió como debía haber salido, ya que hubo varios malos entendidos entre nosotros y el monitor, pero tampoco estuvo del todo mal. Los otros dos días fueron menos espectaculares, ya que uno se acostumbra muy rápido a lo bueno, pero fueron igualmente geniales. Volvimos a ver mantas, otro montón de corales, peces y seres diminutos como los nudibranquios que hasta entonces no sabíamos ni que existían. Pero la emoción de esos días estuvo en las corrientes. En una ocasión, nuestro guía, no sabemos si queriendo o sin querer, nos llevó a una zona donde la corriente era bastante fuerte; tanto, que tuvimos que estar un buen rato enganchados a los corales, viendo como ni siquiera los peces podían nadar a contracorriente.

 

Pero como todo lo bueno se acaba, los días de buceo llegaron a su fin también. Nos despedimos de Komodo visitando sus famosos dragones antes de volver a Labuan Bajo, donde pasaríamos otra noche. Habíamos contratado todo el pack, aunque Nico no estaba muy entusiasmado con la visita a estos reptiles. Hemos aprendido que casi todo lo relacionado con los animales y el turismo está bastante… “domado”, “domesticado” y “falseado”. Después de que nuestro guía nos diera una breve introducción del lugar y los animales, nos repitió varias veces que como los dragones de Komodo son animales salvajes, no podían garantizar que los fuéramos a ver. Seguido, levantó el brazo apuntando a nuestras espaldas y dice: “Mirad que casualidad, ¡ahí tenéis uno!”. El dragón estaba quieto, parecía muerto, buscando cobijo al calor aplastante en una sombra. ¿Para qué darle ese grado de dificultad al hecho de verlos, cuando aquel dragón probablemente llevaba allí horas? Pero es que además, dimos 5 pasos y llegamos a las casetas que utilizan la gente del parque. Una de ellas era la cocina y qué sorpresa que debajo de ella hubiera al menos 8 dragones. ¿Casualidad? ¿Les darán de comer para que los turistas puedan encontrarlos siempre? Ellos y los de la escuela de buceo nos aseguraron que no, que realmente se encuentran en libertad, pero nos pareció que era demasiada casualidad. Además, ¿para qué hacerse tanto el interesante de que tal vez no fuéramos a ver ninguno, cuando aquel guía probablemente vio todos aquellos dragones 2 minutos antes de empezar el tour con nosotros? Una vez hecho el tour, nos pareció bastante flojo, pero es la única manera que hay de ver estos enormes lagartos.

 

Información práctica

Alojamiento
  • Cool Corner Backpackers: Rp.60000 dormitorio compartido, wifi y desayuno a base de donut
    • Guardad todo en el locker y si por casual tenéis que cargar el móvil, intentad aseguraros que el último cierra con llave la puerta
Actividades
  • Skuba Junkie Komodo Resort: Rp.5.692.000 paquete 5d/4n en bale balinés con baño compartido que incluye todas las comidas desde la cena del primer día al desayuno de el último día, 10 inmersiones (9 en PN Komodo) y visita a dragones. No incluye entrada parque nacional Komodo
  • Buceo parque nacional Komodo: Rp.175000/día excepto domingo y festivos: Rp.250000
  • Entrada visita dragones Isla Rinca: Rp.215000 excepto domingo y festivos: Rp. 290000. A parte hay que sumar ranger por Rp.80000 cada 4 personas.
Recomendaciones y sugerencias
  • Existe la posibilidad de bucear en Divers Paradise por 1.200.000 los 3 buceos, que es el más económico de la zona. Nosotros preferimos hacerlo en modo resort y salimos encantados.
  • Batu Bolong o Castle Rock son inmersiones imprescindibles en Komodo. Al estar en luna llena, las corrientes estaban muy fuertes y no pudimos ir.
  • No sabemos cuanta ilusión os hace visitar los dragones, pero a mí (Nico) me pareció un timo y algo evitable. Aunque entiendo que tengáis ganas de verlos…
  • Las raciones del Blue corner son grandes y además sus noodles están muy buenos. Si buscáis algo más económico, delante del Bule Hostel se pone un carrito con Nasi Goreng a Rp.15000
  • Sólo hay tampones en el Roxy Market enfrente del restaurante La Cucina.

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