Pekín en familia (días 215-218)

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Madrugón para ir al aeropuerto de Pekín y enorme recompensa: teníamos a la familia de visita. Estaríamos 2 semanas con ellos en un viaje que ya estaba organizado y que acabaría en Shanghai. Tras la emoción inicial nos pusimos rumbo al hotel y empezó el turismo. En 3 días y medio queríamos ver los puntos más importantes de Pekín, visitar una parte de la muralla china e irnos de compras a aprovecharnos de las gangas de las copias chinas. ¡Ni un minuto de descanso! Y si le sumamos una red de metro que nos pareció bastante mala, se acerca a lo imposible. Pero visitamos lo que pudimos, que no estuvo mal, y hubo tiempo para compras, así que un éxito.

Familia
Primera foto de familia

 

Lo primero que visitamos fue la 798 Art Zone. Era una visita light para no agotar en exceso a los recién llegados. Se trata de una zona de antiguas fábricas que se está reutilizando para cafés guays, galerías de arte, tiendas diferentes, cervecerías modernas y otro montón de locales de última moda. Pasear por aquí resultó agradable y curioso. Y antes de ir a cenar, pasamos por la zona de embajadas donde habíamos estado con Juan y Belen el día anterior para ver el ambiente de bares y discotecas, así como centros comerciales. Nos tomamos otro vinito y fuimos a cenar a un pequeño local que nos recomendaron nuestros amigos. Sería la primera prueba para la familia con la comida china y sus palillos. Era importante que la primera impresión fuera buena. Por suerte, fue todo un acierto y la comida estaba deliciosa. ¡Se abría la veda!

Zona de arte 798
Zona de arte 798
Comida china
Primera experiencia con la comida china gustó; pero algunos rissotos occidentales también cayeron

 

El segundo día tocó ya el turismo en serio y lo empezamos visitando el Palacio de Verano. Este enorme parque permite perderse en él por todo un día, pero nosotros tuvimos suficiente con medio. Recorrimos los pequeños edificios, pasarelas y templos que se encuentran junto al lago y la familia tuvo su primera experiencia china: ¡chinos por todos los lados! Les ha quedado claro, como nos lo quedó a nosotros en Dali y Lijiang, nuestras primeras paradas en china, que China está lleno de chinos. Aunque fuera lunes, el parque estaba a rebosar de gente, algunos visitando y otros paseando, pocos extranjeros y muchos chinos. Por suerte, había espacio para todos y poco a poco nos acercamos a la joya del parque; la Torre del Incienso Budista en la Colina de la Longevidad. Tras subir muchas escaleras pudimos ver la torre desde más cerca y bonitas vistas del lago y la ciudad. Decidimos bajar por el otro lado de la colina, donde para nuestra sorpresa había otro gran edificio que creemos era un templo. Probablemente no recorrimos ni un cuarto del parque, pero el sol abrasador en un cielo azul poco habitual en Pekín nos tenía sofocados.

Palacio de Verano
El Palacio de Verano es unos de los iconos de Pekín
Templo
El templo de la parte trasera del Palacio de Verano

 

El plan de la tarde era una “free walking tour” (visita gratuita a pie) por los “hutongs” de la ciudad y nos dejó un sabor agridulce. Los “hutongs” son los barrios antiguos de Pekín. Al parecer la palabra hutong quiere decir canales y/o pozos de agua y en su día estos barrios se caracterizaban por ello. Pero una vez se quitó este sistema de aguas, la palabra adquirió un nuevo significado más acorde con la realidad del momento: “zona de calles estrechas”. Así pues, Pekín tiene 23 hutongs reconocidos y protegidos, de los cuales visitamos o recorrimos 6. Cada uno tiene (o tenían) su particularidad y el guía nos iba dando información sobre cada lugar, la historia de la ciudad y algunas curiosidades. La visita finalizó en la cima del parque Jingshan, desde donde se tienen buenas vistas de la Ciudad Prohibida. Bueno, a decir verdad, las vistas se tienen de día. De noche, cuando nosotros llegamos a la cima, la Ciudad Prohibida no tiene luz alguna. Como todo el complejo es de madera, no hay ninguna instalación eléctrica para evitar posibles incendios. Así que, realmente lo que se ve es un enorme espacio negro. Y hasta aquí la parte dulce de la visita, sin ningún lugar destacado, pero con mucho conocimiento adquirido.

Free Walking Tour
Nuestro guía del “free walking tour”, algunos detalles de los hutongs y sus calles

 

La parte agria la protagoniza un hombre que vive en una de estas zonas; y se dedica a entrenar grillos para pelear. Esta visita la describen en su itinerario como “visita a una familia local” y creímos que nos enseñarían el patio de una casa de un hutong, podríamos hacerles algunas preguntas a una familia local y cómo máximo pasaríamos allí 15 minutos. Sin embargo, el rato que estuvimos con aquel hombre pasó la media hora y el entusiasmo que el señor ponía en explicarnos sus asuntos con los grillos era simplemente ridículo. Fue curioso saber que existe todo un mundo entorno a este animal, pero se extendió demasiado.

Grillos
La visita al señor de los grillos, que también tenía otros animales exóticos

 

Acabamos el día visitando el turístico mercado nocturno de Donghuamen. Es más pequeño de lo que esperábamos, pero no faltó ninguno de los bichos que se decía que había: escorpiones, estrellas y caballitos de mar, culebras y carne de serpiente, saltamontes, gusanos, larvas e insectos varios… En Bangkok nos habíamos quedado con las ganas de probar el escorpión, pero en esta ocasión no fallamos. Cogimos un pincho de 3 escorpiones pequeños y nos comimos uno cada uno y el tercero para mi hermana, la única valiente de los otros. La verdad es que eran bastante pequeños y no sabían a casi nada. Nos recordaron a “pescaito frito”, que cuando comes uno pequeñito no es más que un trozo de rebozado con espinas.

 

Por motivos diferentes, habíamos dejado los platos fuertes de Pekín para los 2 últimos días. Para uno de ellos, habíamos contratado un guía en español, Tao, con el que pasaríamos el día entero. Empezamos por el Templo del Cielo, que es realmente un parque. En él se encuentra el que, en mi opinión, es el templo más bonito de Pekín: el Salón de Oraciones para Buena Cosecha. Su nombre indica a la perfección la función de este templo. Se encuentra conectado y perfectamente alineado con otra zona del parque donde el emperador a final de año efectuaba la ceremonia en agradecimiento por la cosecha ya obtenida.

Templo del Cielo
El increíble parque del Templo del Cielo

 

La segunda visita fueron la plaza Tiananmen y la Ciudad Prohibida. La primera, es una plaza enorme que acoge el mausoleo de Mao Tse Tung. Como otros líderes comunistas, Mao se encuentra embalsamado en el interior y es posible entrar a verlo. Era la primera vez que veíamos un cuerpo embalsamado, ya que no pudimos entrar a ver a Ho Chi Minh en Hanoi, pero nos impactó menos de lo que pensábamos. Tras la visita, pasamos a la Ciudad Prohibida, llamada así porque en épocas de emperadores el pueblo tenía totalmente prohibida la entrada al palacio. Recorrimos únicamente una parte de la enorme ciudad amurallada que se divide en dos. La parte inicial se utilizaba para ceremonias, eventos y reuniones, y a él podían acceder militares y personas de alto rango. La parte más interior, sin embargo, era exclusivo para el emperador, su familia y sus “trabajadores”, entre los que se encontraban también concubinas y eunucos.

Plaza Tiananmen
La enorme plaza Tiananmen y el mausoleo de Mao Tse Tung
Tiananmen
La parte más conocida de Tiananmen, la foto de Mao
Ciudad Prohibida
Dentro de la Ciudad Prohibida
Ciudad Prohibida
Detalles de la Ciudad Prohibida

 

Paramos para comer y finalizamos el tour con la visita al parque Beihai y el Lago Houhai, que la verdad no mereció mucho la pena, y las torres de la campana y el tambor. Aquí nos despedimos de Tao, que hizo su trabajo estupendamente y nos gustó mucho. Vimos el show de tambor que hacían en la torre y regresamos a la cima del parque Jingshan, en esta ocasión para realmente ver las vistas de día.

Parques
Tranquilos parques y lagos de la ciudad donde poder desconectar
Torre del Tambor
Las Torre del Tambor y el de la Campana

 

Ciudad Prohibida
La Ciudad Prohibida vista desde el parque Jinshang de día

 

Aunque estábamos agotados, sacamos fuerzas para visitar uno de los mercados de imitaciones más famosos de Pekín, el de la Seda. Lo que vivimos allí fue una experiencia “singular”. Mientras los chicos nos esperaban tomándose una cerveza, nosotras en 2 horas compramos SÓLO gafas; pero el regateo que hicimos fue algo fuera de lo normal. Como si el agotamiento físico no hubiera sido suficiente, el agotamiento mental del regateo, en especial el de mi hermana, que fue la artífice de los precios que conseguimos, nos dejó K.O. Sin embargo, no quisimos acabar el día sin haber probado un pato pekinés en el sitio que tanto nos había gustado el primer día. Estaba bueno y nos gustó, pero nos parecía que tenía poca carne y sólo la parte laqueada. Más adelante aprenderíamos que en el auténtico pato pekinés sólo se sirve la carne que sale del corte de la parte laqueada, no el del resto del pato.

 

Y por último, llego el día de la visita a una de las 7 Maravillas del Mundo: la Gran Muralla China. Para nosotros es nuestra sexta maravilla, tras haber visitado el Cristo Redentor también en familia; el Taj Mahal con Amaia que nos acompañó en parte de nuestra ruta por India; el Machu Picchu que visitamos con nuestra pareja favorita de holandeses Malcolm y Lotte; Chichen Itza donde gracias a Irina conocimos a Guillaume y Pamina; y el Coliseo de Roma, que lo visitamos antes de empezar el viaje. Petra, en Jordania, quedará fuera de esta vuelta al mundo y pendiente para un viaje futuro. ¡Hay tantos lugares que visitar en este planeta!

La Gran Muralla China
Unos tarados en la Gran Muralla China

 

La muralla china es enorme y por lo tanto se suelen visitar una o varias partes de ella. Nosotros elegimos Mutianyu, una parte fácil de llegar pero sin demasiados turistas chinos. Tuvimos mucha suerte y nos hizo un día maravilloso, de cielo azul sin nubes ni contaminación, y había muy poca gente en la muralla. Aparte de los autobuses que nos llevaron al pie de la muralla, subimos a ella en telesilla y bajamos por un tobogán, algo divertido y que recomendamos hacer. Caminamos por la muralla disfrutando y alucinando con las vistas, ya que se puede ver como ésta sigue su camino en la lejanía. Esta parte está restaurada y se puede caminar sobre ella fácilmente, aunque algunas subidas son bastante pronunciadas. Sacando fotos, mirando al horizonte y haciendo cábalas de cómo construyeron aquella monstruosidad y lo que debió costar, se nos pasaron las horas volando. ¡Otra gran experiencia en familia!

Gran Muralla China
La impresionante Gran Muralla China
Muralla China
No podía faltar una extensa sesión de fotos en la Muralla China

 

De regreso a Pekín nos dividimos en dos grupos: mi madre y mi hermana repetirían en el Mercado de la Seda, mientras que el resto decidimos dar una vuelta por la zona olímpica. La zona, no es más que una explanada con los complejos deportivos. El estadio, conocido como El Nido, es bonito y se hacen visitas al interior. Nosotros lo vimos por fuera, pero nos hubiera gustado verlo con luz, cosa que no coincidió. El que sí vimos con luz fue el Centro Acuático Nacional, que no es espectacular, pero gana puntos iluminado. Se acabaron los días en Pekín y sin darnos cuenta ya habíamos “gastado” 4 días con la familia. Y es que en reencuentros así, el tiempo pasa volando y los momentos se viven intensamente.

Zona olímpica
La zona olímpica al atardecer

 

Curiosidades chinas

Durante todo el viaje hemos visto carteles y letreros mal traducidos en inglés, pero en la mayoría de casos se trataba de alojamientos, tiendas locales o pequeños pueblos. Siempre lo atribuíamos a la falta de conocimiento del idioma, falta de recursos para conseguir la traducción correcta y el esfuerzo mínimo por conseguir que el turista capte el mensaje. Sin embargo, que nos encontráramos estos errores en Pekín nos pareció imperdonable. Incluso el panfleto informativo de la Gran Muralla China estaba lleno de fallos ortográficos y frases sin sentido ninguno. ¿Será que el departamento de turismo no tiene a nadie en su plantilla que hable bien inglés o que no tienen dinero pagar a un traductor decente? O tal vez sea que directamente no les interesa lo más mínimo el turista extranjero, ya que tienen más que suficiente con el turismo interno de su propio país.

Traducciones
Malísimas traducciones y frases sin sentido en camisetas

 

Información práctica

Transporte
  • Tren al aeropuerto: 25¥
  • Metro de Pekín: 3-7¥
  • Autobuses urbanos: 1-3¥
  • Autobús 916 Pekín – Huairou (para Mutianyu): 12¥
  • Taxi estación bus Huairou – Gran Muralla: 5-10¥/persona siendo 6 y regateando
Alojamiento
  • RJ Brown Hotel: 230¥ habitación con baño privado, agua caliente y wifi
Actividades
  • Palacio de Verano: adultos 30¥ / estudiantes 15¥
    • La entrada combinada incluye el acceso a la Torre del Incienso (10¥/5¥), el jardín Dehe (5¥/3¥), el salón Wengchang (20¥/10¥) y la calle Suzhou y el salón Danning (10¥/5¥): 60¥ / 30¥
  • Parque Jingshan: adultos 2¥ / estudiantes 1¥
  • Tour en castellano para 6 personas: 1780¥ (más de 7 horas en total)
    • El tour incluía las entradas al Templo del Cielo, la Ciudad Prohibida, el Parque Beihai, la Torre de la Campana y la Torre del Tambor, además del autobús urbano que nos llevó del Templo del cielo a la plaza Tiananmen.
    • La visita a la plaza Tiananmen y el mausoleo de Mao Tse Tung son gratuitos.
    • En la torre del Tambor se puede ver cómo tocan los tambores a las 9.30h, 10.30h, 11.30h, 13.30h, 14.30, 15.30h y 16.45h.
  • Gran Muralla China de Mutianyu, la entrada, subir en telesilla y bajar en tobogán: adultos 160¥ / estudiantes 140¥
Recomendaciones y sugerencias
  • Si se quiere aprovechar mejor el tiempo en Mutianyu y no importa gastar un poco más, recomendamos comprar el teleférico para la subida y el tobogán para la bajada. Son puntos diferentes de la muralla, por lo que no es necesario hacer el mismo recorrido de ida y vuelta. Nosotros compramos el pack que venden (telesilla+tobogán), pensando que era el teleférico y para cuando nos dimos cuenta del error era demasiado tarde. Además, del teleférico al tobogán es más bajada que subida.
  • Nosotros sólo estuvimos en el mercado de “La Seda”, pero varias personas nos recomendaron el de “La Perla”. Aunque tiene menos variedad de cosas, al parecer es más barato. Lo que sí hay que tener en cuenta es que en ambas hay que regatear y pagar menos del 30% que el precio inicial.
  • En Pekín se nos hizo muy pesado movernos en metro y se pierde mucho tiempo moviéndote de un lado a otro.
  • Belen y Juan nos recomendaron un sitio para comer donde comimos barato y muy bien. Fue la primera experiencia de chino para mis padres y la verdad que salió muy bien. Es un lugar pequeño del que no recordamos el nombre, pero se encuentra en el barrio Sanlitum; calle Sanlitum Este 2.
  • Si os apetece vino a buen precio, en las tiendas Cheers se pueden comprar botellas de casi todo el mundo a buen precio. Te la puedes llevar o tomarla allí mismo. Nosotros estuvimos en la que está en el barrio Sanlitum, pero seguro que hay varias ya que es una cadena.

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